Pogacar, durante su llegada a meta realizando una reverencia al público. AFP

Pogacar escribe otro capítulo de su leyenda en la París-Niza

Aunque no lo necesitaba, atacó en la subida a Eze por puro placer y lo ganó todo para demostrarle a su verdugo en el pasado Tour, Vingegaard, lo que le espera en el siguiente

Domingo, 12 de marzo 2023, 15:37

Los radares urbanos que decoran la carretera de la Costa Azul que va hacia Niza se coloreaban de rojo a su paso. Saltaban. Demasiada velocidad. Así cruzó Tadej Pogacar, ya solo hacia la victoria en la última etapa y hacia su primer triunfo final en ... la París-Niza. A toda velocidad se quedó con la 'Carrera del Sol' y le anunció a sus rivales, especialmente a Jonas Vingegaard, lo que les espera en el próximo Tour, el que partirá el 1 de julio desde Bilbao. El joven esloveno irá a por su tercera Grande Boucle como va a por todo. A lo bestia. Es una bendición para el ciclismo. Suma 9 victorias en 13 días de competición en 2023. Como los grandes campeones, atacó cuando no lo necesitaba. Por puro placer. A Pogacar, como dice Mikel Landa, hay que disfrutarlo.

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En lugar de casco, el esloveno parece correr con una chistera. Mago. Saca de ella lo que quiere. Tiene sólo 24 años, dos ediciones del Tour en su palmarés y el escozor de la derrota en la pasada Grande Boucle ante Vingegaard. Es una cuenta a saldar. La última etapa de esta París-Niza fue fiel a sí misma: 118 kilómetros de pólvora. Sube y baja por ese zócalo de postal que es la Costa Azul. Al equipo de Pogacar, el UAE, trataron de ponerle contra las cuerdas el Jumbo de Vingegaard y el Groupama de Gaudu. No lo consiguieron.

Y ya en la última subida, en Eze, Yates intentó aprovechar su arrancada. Vingegaard, Jorgenson y Gaudu le siguieron. Pogacar hizo más. Sacó de su chistera otro ataque. Justo en la curva del 16% de pendiente. Donde más duele. Le miraron. Impotentes. «Siempre se dice que la mejor defensa es un ataque», declaró con una pizca de picardía en su sonrisa. El líder esloveno, con su maillot amarillo brillando al sol, no dejó margen a la réplica. Tan superior. Faltaban 19 kilómetros. Subir la cuesta y bajarla hasta el Paseo de los Ingleses, en Niza. Tan cerca de su apartamento en Mónaco. «Conozco bien estas carreteras. Sabía que tenía piernas para llegar. He calculado bien», contó luego. Como si paseara por su jardín.

Aumentó su renta en cada kilómetro. Se divertía. Detrás, ni juntando fuerzas podían atajar la sangría. Pogacar coronó Eze y se tiró hacia la meta. Entró con medio minuto de renta sobre Gaudu, Vingegaard, Jorgenson y Yates haciendo una reverencia al público francés, que le aplaudía a rabiar. Es su novena victoria en apenas dos meses de temporada. Y la culminación de su debut triunfal en la París-Niza: tres etapas y la general. Con Pogacar, este deporte se mete de lleno en la época de un campeón de leyenda. Lleva la marca de Eddy Merckx y de Bernard Hinault, capaces de ganar en cualquier sitio y en casi todas las carreras. A ese talento, los tres añaden su inmensa ambición.

Mensaje para el Tour

«Cuando Pogacar está así es utópico pensar en batirle», resumió el francés Gaudu, segundo en la general por delante de Vingegaard. En las declaraciones posteriores a la etapa, Pogacar dijo que era un «sueño» vencer en Niza. Dijo algo más: «Ahora ya puedo estar tranquilo». Sin citarlo, se refería a su esperado duelo con Vingegaard en el próximo Tour. El esloveno ha comprobado que su verdugo en la pasada edición de la Grande Boucle no llega, al menos ahora, a su altura. Eso sí, el danés tendrá el 1 de julio en Bilbao la cobertura de un equipo tremendo, el Jumbo. Todos contra Pogacar. Mosqueteros. Les hará falta, vista la París-Niza.

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Roglic gana la Tirreno y Landa es séptimo

El dominio esloveno también alcanzó a la Tirreno-Adriático. Primoz Roglic, vencedor de tres etapas en su debut de la temporada, no pasó ningún apuro para ratificar su triunfo final. La última jornada se resolvió al sprint y a favor de Jasper Philipsen. Con Roglic, subieron al podio Joao Almeida y Tao Geoghegan Hart. Enric Mas terminó sexto (a 41 segundos) y Mikel Landa, séptimo (a 56). A los dos les perjudicó el recorte, por el temporal de viento, de la etapa 'reina' del viernes. Su próxima cita es la Volta a Catalunya, a la que llegarán como candidatos a todo ante rivales de la talla de Remco Evenepoel. Roglic, por su parte, seguirá su camino hacia el Giro de Italia. En principio, no estará en el Tour.

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