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Hace sólo tres semanas, el 31 de enero, Mathieu van der Poel trituró sobre la arena de la playa belga de Ostende a todos sus rivales y sumó otro oro en el Mundial de ciclocross. Se tomó unos días de vacaciones e inició los entrenamientos ... para su debut en la campaña de carretera, que fue ayer en la primera etapa del Tour de los Emiratos (UAE). Más arena, esta vez en el desierto. El resultado no varió. Tras una trepidante jornada inicial barrida por el viento y destrozada por los abanicos, Van der Poel logró la victoria al sprint en el reducido grupo que consiguió alcanzar la meta. Con el holandés iban Pogacar, Adam Yates y Almeida. Al resto de los dorsales ilustres (Valverde, Nibali, Kuss, Froome...) se los llevó el viento y perdieron ocho minutos. La ley del desierto.
«Cuanto más dura es la carrera, mejor es mi sprint», dijo Van der Poel, nuevo líder. La primera etapa resultó una carnicería sobre carreteras y autovías horizontales pero azotadas por el aire de costado. Primero fue el Ineos el que abrió el abanico. Ahí cayeron ya Valverde, Kuss e Higuita. Luego apareció el de siempre en estas circunstancias, el Deceuninck, la escuadra especialista en vientos. La carrera reventó. Froome, que se estrenaba con el equipo Israel, y velocistas como Ackermann, Ewan y Bennett (daño colateral en el Deceuninck) quedaron tachados.
«He tragado más arena que agua», relató el vizcaíno Íñigo Elosegui, siempre pendiente de Valverde. Cuando sopla tanto el aire, se quedan delante los más fuertes y hábiles, y van cayendo en porciones todos los demás. Al final, arriba sólo aguantan unos pocos y la mayoría se junta detrás en un pelotón derrotado. Así pasó. Apenas una veintena resistió. El Deceuninck llevaba en ese grupo a Almeida y lanzó a Cattaneo a 6 kilómetros de la meta. Sin Bennett, el equipo belga quería romper el sprint. No pudo.
Gaviria, la baza del UAE, perdió los nervios, se precipitó y saltó a por él. Se gastó. En cambio, la escuadra de Van der Poel se ciñó a su plan. Meersman se encargó de que nadie más se moviera hasta la recta final. Y ahí, con todos agotados, emergió la calidad natural de Van der Poel, rey de la arena en el ciclocross y también en el desierto. Pudo con Dekker y Morkov, y hoy defiende su liderato en la contrarreloj de 13 kilómetros en la isla Al Hudayriat. Pogacar, Adam Yates y Almeida entraron ayer con él. Son los candidatos al podio.
En el Tour del Haur Var, el italiano Brambilla fue el más fuerte de la fuga en el alto de la Madone y alcanzó la meta de Blausasc, donde además se llevó el triunfo en la general por delante de Woods, Mollema yMolard. Gorka Izagirre estuvo escapado y Roger Adriá se retiró por caída.
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