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Con la temporada ya finiquitada, Mikel Landa afronta sus vacaciones con vistas al año que viene. Quiere nuevos retos, «una carrera que no haya hecho nunca o que lleve tiempo sin correr, como Romandía o Suiza... También Strade Bianche para tener un aliciente nuevo». Aunque es consciente que su calendario estará marcado por los intereses del líder, Remco Evenepoel.
Aun así, Landa admite haber disfrutado de la temporada, su primera en el Quick Step. «He vuelto a disfrutar muchísimo. Llevaba un par de años disfrutando poco de la bici. Me hicieron muy fácil adaptarme al equipo», asegura. Su impresionante top 5 en el Tour de Francia revivió el 'Landismo' y aunque acusó el cansancio después en La Vuelta -donde acabó octavo-, dejó un buen sabor de boca a sus seguidores.
Durante la charla con clientes del Quick Step, que tuvo lugar en una de las sedes que la empresa tiene en Asua, Landa se mostró muy sincero. «Sales a hacer cuatro compras y llegas a casa con agujetas... porque valemos para andar en bici y poco más. Este año, en la Vuelta, vino mi familia a verme. Tenemos un crío de 2 años y le cogí media hora jugando. Al día siguiente me levanté con dolor de espalda (lleva la mano atrás con gesto de dolor). ¿Qué pasó ayer? Al día siguiente, al despedirnos, lo volví a coger y dije 'ya sé lo que me pasó en la espalda'. Los ciclistas somos muy débiles, muy frágiles, pero para andar en bici es lo que hace falta», aseguró.
Uno de los secretos del nuevo Mikel Landa del que el aficionado ha disfrutado este año es un nuevo fichaje en su equipo. «Encontré un chico holandés muy majo, con un sistema de preparación diferente, y me he divertido otra vez, he cambiado rutas de entrenamiento... », cuenta el alavés mientras reconoce que «estaba un poquito cansado del método de entrenamiento que teníamos» con el anterior preparador.
Ahora, Mikel Landa disfruta de unas merecidas vacaciones: «Desconecto por completo, me olvido de que soy ciclista. Hago de todo. Si me apetece, hago otro deporte, o no hago nada. Ir con los amigos, comer lo que quiera, saltarte la dieta... A sus 34 años, cree que lo más importante en un equipo es no formar «grupitos». Ha aprendido «a saber cuál es mi sitio, mi pelea y mis aspiraciones, y a correr».
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