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Kuurne-Bruselas-Kuurne

Oier Lazkano se consagra como clasicómano

El vitoriano logra la tercera plaza por detrás de Van Aert y Tim Wellens en la Kuurne-Bruselas-Kuurne

Domingo, 25 de febrero 2024, 16:58

España es un país de grandes vueltas. Los aficionados siempre han puesto mayor interés en las largas pruebas por etapas como el Tour, Giro o Vuelta a España. Unas carreras en las que quieren ver a los ciclistas sufriendo durante tres semanas. Las clásicas, sin ... embargo, no han acaparado esa atención. Se quedaban al margen, salvo los cinco Monumentos. Y es que no había un ciclista español que brillara en ellas. Salvo Alejandro Valverde en la Lieja-Bastogne-Lieja. Eso ya ha cambiado. Oier Lazkano es el nombre a seguir.

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Lazkano se ha consagrado como un clasicómano a sus 24 años. El alavés, todo un portento de casi 1,90 metros y campeón de España, está demostrando que vale para este tipo de carreras. El año pasado ya fue segundo en A Través de Flandes. «El tema clásicas siempre ha estado apartado. Es un mundo que he descubierto y me gusta», afirmó hace unos días tras imponerse en la Clásica de Jaén tras una gran cabalgada en solitario por los caminos de grava. Este domingo ha logrado la tercera plaza en la Kuurne-Bruselas-Kuurne, de 196,4 kilómetros que se ha disputado en Bélgica. Una prueba rompe piernas donde los corredores tuvieron que afrontar 13 cotas.

Van Aert, que el día anterior en la Omloop había estado muy activo y fue tercero, lanzó un duro ataque a 69 kilómetros de la meta. Solo pudieron seguirle Tim Wellens (UAE), Laurence Pithie (Groupama FDJ) y Oier Lazkano (Movistar). El alavés estaba en cabeza demostrando, una vez más, que está entre los mejores del World Tour en este tipo de pruebas.

El belga quiso probar las fuerzas de sus rivales. No se fiaba aunque fuera el máximo favorito. A 69 del final arreó un ataque durísimo. Solo aguantaron Wellens y Lazkano, que sufrió mucho para soldarse a la rueda de ambos. Un esfuerzo agónico del alavés. Lo daba todo el vitoriano para poder estar a rebufo a sus rivales. El belga seguía con su tortura y en el llano apretaba más todavía. Lazkano, muy sofocado, echaba un trago al bidón sin casi fuerzas. Jadeaba en busca de aire. Se mantenía a rueda a duras penas, pero lo consiguió.

A sabiendas que los tres corredores debían colaborar para jugarse entre ellos la victoria, se daban relevos. Les quedaban 58 kilómetros casi planos, salvo un repecho adoquinado. Tres auténticos galgos desbocados que rodaban a casi 60 kilómetros por hora. A Lazkano se le veía muy fatigado, ladeaba la cabeza mostrando un excesivo cansancio.

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A falta de 4 kilómetros Wellens atacó por la parte izquierda de una rotonda mientras Van Aert y Lazkano iban por la otra. El belga rápidamente salió a su rueda. Al vitoriano le costó un poco y consiguió ponerse a rueda de los dos. Lazkano miraba su potenciómetro o, echaba la vista a tras a falta de dos kilómetros por si venia alguien. Nada, tenían margen. Los belgas se viligaban y Lazkano se situaba tras ellos.

Entraban en el último kilómetro y se miraban entre los tres. Lazkano fue el primero en saltar. Van Aert neutraliza el ataque y finalmente se impone al sprint el máximo favorito. Wellens fue segundo y Lazkano no pudo disputar, pero entró tercero. España ya tiene a un clasicómano al que seguir.

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