«Este maillot tiene peso y espero que sirva para dar el salto a profesionales»

- ¿Ha descansado algo?

- Sí, algo sí. Lo celebramos un poco con un par de botellas de champán. Me costó conciliar el sueño y encima soy una persona que madrugo bastante, por lo que se puede decir que hemos dormido pocas horas.

- ¿Asume ya lo conseguido?

- Dicen que hace falta 48 horas para creérselo del todo, así que vamos a esperar ese tiempo. Ves el maillot con la medalla y todavía no me lo creo, no soy consciente de lo que he logrado.

- ¿Cuántos mensajes y llamadas ha recibido?

- No te sé decir, pero una cantidad importante. El sábado al coger el teléfono móvil camino del hotel tenía como unos 280 mensajes, algo increíble.

- ¿Alguno que le haya sorprendido?

- De muchísima gente, como por ejemplo de compañeros de segundo de bachiller. No me ha dado tiempo a ver todos los mensajes. Con todo lo recibido he contestado primero a los que están siempre y más cerca y durante estas horas lo iré haciendo con el resto.

- Es lo que tiene conseguir una medalla como esta.

- Desde luego. Todavía no lo asimilo. Como me dijo ayer el entrenador ganar el campeonato de España es para toda la vida, no es algo de hoy o de ayer.

- ¿Servirá para dar el salto al profesionalismo?

- Espero que sí, aunque sé que toca seguir trabajando, y eso haremos. Pero es verdad que el maillot tiene bastante peso y seguro que ayudará.

- ¿Hizo la selección de Euskadi la carrera diseñada?

- Hubo un momento que pensábamos que se nos iba, porque en el grupo de 21 ciclistas sólo habíamos metido a un compañero. Luego cambio todo. Habíamos planteado hacerla dura, aunque no tanto como para llevar la iniciativa. Después, viendo que teníamos buenas piernas, debíamos actuar de esa manera. Luego es verdad que tocaba ser valientes y lo fuimos.

- ¿La vigilancia posterior sobre el equipo vasco le ayudó a moverse?

- En el momento en el que nos quedamos cuatro vascos delante ví que tenía mis opciones. Opté por moverme porque con las piernas que llevaba, si había hueco, era difícil que alguien tomara la responsabilidad de ir a por nosotros. Me fui con José Marín y le pude ganar.

- ¿Cuándo se vio vencedor?

- En el momento en el que no me remachó en el puerto y los repechos que había supe que tenía mis posibilidades porque confiaba en mi sprint.

- Ha ido a coger el punto de forma en el momento más importante del calendario.

- Sí. Me costó al principio por varias razones, pero ahora estoy bien física y mentalmente. Me gustaría mantenerlo todo el verano, aunque sabemos que es difícil y hay que ir con tiento y paciencia. Ahora la clave es el descanso y saber gestionarlo.

- Todo esto tapa el sufrimiento que ha experimentado durante la pandemia, ¿no?

- Sin duda. Lo tapa hasta el punto que parece muchas veces que las cosas se olvidan, pero no es así. Sabes de dónde vienes y eso está ahí y por eso lo valoras mucho más.

- ¿Le ha dado muchas vueltas a la cabeza?

- Sin duda. Creo que no duermo por eso. Es algo que está oculto y lo ves en muchos compañeros. Por ello se hace duro. Tratas de ayudarles.

- ¿Cambiar este año de equipo le ha servido para verlo todo de otra forma?

- En el Eulen no tenía ninguna presión, era algo mío nada más. El cambio ha sido porque para pasar a profesionales veía una puerta abierta que en el Eulen no iba a abrir. Era correr en un filial, además del calendario que me da el Caja Rural.

- ¿Dónde le veremos ahora?

- El sábado estaré en Murgia y luego en Beasain, Antzuola y Salinas. Después, Vuelta a Madrid.