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José Ramón Uriarte (Igorre, 55 años) siempre está listo para echar una mano. Como gregario de Miguel Induráin en el Tour y el Giro cuando era ciclista. Como voluntario para crear una asociación de ayuda a familiares de enfermos de cáncer cuando la enfermedad afectó ... a su esposa. Y ahora que es bombero, para echar una mano y mucha agua en turnos de doce horas en la lucha contra los incendios que aún queman Navarra.
Ayer volvió a casa. Otros compañeros tomaron el relevo, como en una carrera ciclista, esta vez contra la catástrofe ambiental y personal que han causado los incendios en Navarra. Tan devastadores que han acudido bomberos de otros territorios. De Bizkaia. Uriarte. «Nosotros no tenemos fuegos así. En otros lugares, como Galicia, están más habituados. Este es muy peligroso, muy duro. Con un viento muy intenso. A mí me tocó en la zona de Ujué, donde hay parques eólicos», contó en 'El Larguero'.
Su misión inicial fue que la lengua de fuego, situada a unos diez kilómetros, no llegara a las casas. El viento lo complicó todo. Según su relato, los hidroaviones, los helicópteros y el personal de tierra tuvieron mil dificultades. Además, por la noche apenas se puede trabajar. «Hay que esperar a la madrugada para comenzar a echar agua de las cisternas que nos traen los vecinos», relató. Peor, añadió, ha sido la situación en la zona del Perdón, «con tres flancos abiertos».
Uriarte, que sigue pedaleando cuando puede, fue en su día una de las grandes promesas del ciclismo vizcaíno. Como amateur en el equipo Baqué sumó muchos triunfos. Y fichó en 1990 por el Banesto, donde estuvo hasta 1997 para continuar dos años más en el Festina. Ayudó a Induráin a ganar sus cuatro últimos Tours. Y un Giro. «Al año siguiente no pudimos en Italia con Berzin», recordó.
En su palmarés hay victorias en las vueltas a Mallorca y los Valles Mineros, y también figuran los trofeos Luis Ocaña y Agostinho. Pero su mejor currículo es como gregario, presente en la mayoría de los grandes triunfos de Induráin. «A Miguel lo llevo en el corazón y en la mente». Es bombero desde hace veinte años y el domingo acudió a la tierra de su antiguo líder, a Navarra, que se quemaba. A hacer lo que mejor sabe, echar una mano.
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