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Leitza, frontón y piedras. Navarros fornidos. De chuletón. Es un lugar donde se respira fuerza. Aunque a veces esa fuerza viene en tarro menudo. Del pueblo que ayer dio la salida a la segunda etapa de la Itzulia son grandes pelotaris y levantadores de piedra... ... y también dos ciclistas de talla baja, Mikel Nieve e Ibai Azurmendi. Los dos recibieron el homenaje de sus vecinos. Ibai se fugó desde el portal de su casa. Coronó el alto de Uitzi en compañía de otros tres ciclistas: el navarro Julen Amézqueta, el vizcaíno Ander Okamika y el alavés Ibon Ruiz. Era su obligación.
Cuatro escapados y cuatro maillots que se reivindicaron: Euskaltel, Caja Rural, Burgos BH y Kern Pharma. Son las cuatro escuadras españolas de categoría UCI Pro Team, la segunda división mundial, sólo por debajo de los 18 conjuntos del UCI World Tour. Entre esos dos niveles la zanja es abismal. Un conjunto de primera maneja un presupuesto de entre 15 y 45 millones de euros. Los cuatro equipos de segunda españoles rondan los dos o tres. Y lo peor, no tienen acceso directo a las grandes carreras. Por eso, cuando como en esta Itzulia compiten en la élite están obligados a dejarse ver, a escaparse para ser invitados, por ejemplo, a la Vuelta a España. Es un guion que se repite toda la temporada.
Okamika, antiguo triatleta que se quedó sin competiciones por la pandemia, probó en el ciclismo. Y ahí anda, en el Burgos, de fuga en fuga. Amézqueta, formado en el Baqué, debutó en el Giro de Italia en 2016 y hasta llegó a ser maglia roda virtual durante una fuga. Ibon Ruiz, que es de Vitoria, ha crecido en la agrupación ciclista Galibier, germen del Kern Pharma. Y Azurmendi lleva siete años en la Fundación Euskadi. Los cuatro compiten en equipos que viven pendientes de recibir la invitación de las carreras con pedrigrí. Ser rechazados puede suponer el final.
La Itzulia, al ser una vuelta de una semana, tiene margen para repartir más invitaciones. Pero el Tour, el Giro y la Vuelta, sólo pueden otorgar dos. Las rondas gala e italiana están fuera del alcance de los cuatro bloques españoles de segunda categoría. Para ellos, estar en la Vuelta es vital. Hace un año se quedó fuera el Kern Pharma, que se estrenaba en la categoría. Y en la próxima edición no estará el Caja Rural. Javier Guillén, director de la prueba española, ha conseguido permiso para invitar a tres: el Euskaltel, el Kern Pharma y el Burgos BH. «A nosotros eso nos da la vida», agradece Jorge Azanza, director el Euskaltel. El Caja Rural, el excluido, lucha para que su baja no suponga la esquela de un equipo por el que han pasado corredores de la talla de Pello Bilbao y Michal Kiatkowski.
La reglamentación de la Unión Ciclista Internacional (UCI) ata la manos a los organizadores de carreras. Guillén, aunque quiera, no puede acoger a todos los equipos españoles de segunda. Con menos presupuesto y plantillas en formación, los UCI Pro Team se fijan como meta la combatividad. El triunfo es dejarse ver. A eso se dedicaron ayer Ibai Azurmendi, Ander Okamika, Ibon Ruiz y Julen Amézqueta.
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