La intrahistoria de cómo surgió el color naranja del maillot del Euskaltel

El color naranja se convirtió en 2001 en todo un referente en Euskadi. Ese año, el equipo Euskaltel debutó a lo grande en el Tour de Francia con la victoria de Roberto Laiseka en Luz Ardiden. Una jornada en la que una avalancha de aficionados vascos se agolparon en las cunetas a la espera de los ciclistas. Nunca pensaron que el primer corredor en coronar ese mítico puerto sería uno de lo suyos, del Euskaltel. 

Justo ese año habían cambiado los colores del maillot. Pero, ¿cómo surgió la idea? Lo explican varios responsables de marketing de Euskaltel. «Veníamos de uno oscuro, un azul marino con unas letras serias y formales. Tomamos la decisión de refrescar e introducir un nuevo color», sostiene Eloien Uriarte, que aparece junto a sus dos compañeras del departamento, Amaya de la Fuente e Iratxe Núñez, en el documental 'Marea Laranja' de ETB. Se puede ver en la plataforma Primeran.

Las responsables de marketing, tras «mucho estudio», optaron por un color «alegre, vivo» y que aportara «juventud». Los tres afirman que tuvo una gran acogida entre el público y que por ello se pensó en el naranja como color corporativo. 

Los aficionados vascos vieron la carrera como una oportunidad para salir de excursión a los Pirineos. Las cunetas se tiñeron de naranja. «Estaban alucinados en el Tour. Hasta los aficionados de Estados Unidos preguntaban qué significaba esa camiseta y por qué iban vestidos de naranja», sostiene Julián Gorospe, exciclista y director deportivo de Euskaltel Euskadi entre 1998 y 2006. 

Iban Mayo, que no corrió en el debut del Euskaltel en el Tour, pero sí en los años posteriores, sostiene que había  «ilusión» y a la vez «incertidumbre» por el rendimiento del equipo.

En la etapa 14, para sorpresa de todos, Roberto Laiseka ganó en Luz Ardiden. Es el propio ciclista de Gernika quien cuenta en el documental cómo se fraguó esa victoria. Él estaba en la parte trasera del pelotón junto a David Etxebarria. Por delante, una escapada que llevaba dos minutos de ventaja. Ante esa situación, le dice a David: «Me encuentro bien, tenemos que tirar para acabar con la fuga». Su compañero no se creía lo que escuchaba y le respondió: «Nosotros somos un equipo pequeño, no podemos hacer eso». 

Cuando comenzó el puerto, Laiseka atacó. «Lo escuchamos por la radio», rememora Miguel Madariaga, mánager entonces del equipo. El ciclista vasco cogió a Mario Artes y David Moncoutié y siguió tirando hacia arriba. 

La victoria de Laiseka fue histórica. El público vasco se volcó entonces con el equipo en las siguientes citas. A la organización le gustó, ya que la propia afición se convirtió en un espectáculo para la carrera. Una marea naranja por todos los rincones daba un color especial a las cunetas. «A la gente le gustaba juntarse con los aficionados, somos más animados», sostiene Mikel Landa, que estuvo en la escuadra entre 2011 y 2013. 

A todos los ciclistas les encantaba ese ambiente. Y el de ahora. Así lo corrobora Joxean Fernández 'Matxin', director deportivo del equipo UAE, que tiene entre sus corredores a Tadej Pogacar. «Cuando hacemos el calendario de la temporada, Pogacar me dice '¿no puedo hacer País Vasco?'», cuenta el de Basauri.

Los ciclistas adoran a esta afición. «Las carreteras están llenas y siempre respetan a los corredores. Tener a los fans tan cerca es especial», afirma el excorredor Philippe Gilbert. Landa, adorado por todos, subraya que la gente anima «del primero al último» y eso «se valora». 'Matxin' confirma las palabras del alavés y apunta: «En otros sitios también animan, sí, pero es que aquí saben quién es el último».

Los aficionados vascos se vieron unidos por un color. Un sentimiento que todavía perdura.

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