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Desde ayer es tiempo de debate ciclista en muchas partes del mundo. En EIbar, mientras los profesionales subían y bajaban por sus montes de alrededor ... para decidir la Itzulia, y los cientos de cicloturistas recogían sus dorsales para la Challenge de hoy, muchos se hacían la pregunta. ¿Ganará Pogacar la París-Roubaix? El esloveno tratará de emular a Sonny Colbrelli, el único que desde 1958 ha ganado el trofeo del adoquín en su debut en la carrera. Pero el genio, vigente campeón de casi todas las grandes carreras, Mundial, Tour, Giro, Lombardía, Flandes…, hace años que se codeaba con otras jóvenes promesas sobre el pavés francés.
«Lo recuerdo perfectamente. Iba con mucha ilusión a correr sobre los adoquines y me gustó mucho», relata Iñigo Elosegui. El vizcaíno, el 'León de Zierbana', fue uno de esos chavales que compartió los primeros pasos de Pogacar en las mejores carreras del mundo. «No era el mejor de la generación», rememora el ciclista del Kern Pharma, que ayer concluyó su segunda Itzulia. «Ya tenía algún buen resultado, como tercero en un Europeo en el que estuvimos peleando, pero ahora fíjate en lo que se ha convertido».
L'Equipe publicaba esta semana una imagen en la que el esloveno dominaba la bici sobre el pavés. La misma que ese 12 de abril de 2015, publicaba Elosegui sin texto. «No lo sabía y ahora me hace más ilusión. Es que él no era el corredor más grande, ni la rueda a seguir. Me acuerdo más de otros pero apuntaba maneras», explica. En aquel momento, así describió la carrera.
«Durísima. De los 111 kilómetros de la carrera, 30 eran de adoquín y estaban en un estado malísimo. ¡Ni en mis peores pesadillas me lo imaginaba tan mal!», exclamaba. El vizcaíno tuvo mala suerte con las caídas en esa primera edición y un corte le dejó sin opciones, llegando al velódromo en la posición 59. Pogacar fue 30º, a 2:32 de Bram Welten. Al año siguiente repitieron ambos. El esloveno mejoró y fue 13º, mientras que Elosegui tuvo que abandonar una edición ganada por el neerlandés Jarno Mobach, ya retirado. «Los mejores de esa generación eran Philipsen, McNulty y Hirschi», sostiene.
El suizo, también presente en la Itzulia, lo refrenda. «Pogacar no era tan conocido entonces porque a los eslovenos no se les conocía tanto como ahora», relata. El ciclista del Tudor recordó su nombre unos años más adelante. «Sobre todo en juvenil sí corríamos mucho uno contra otro». Hasta ser compañeros de equipo. «Seguro que puede ganar. Es una carrera muy dura. Pueden pasar muchas cosas. Mathieu (Van der Poel) es fuerte en los sprints, pero creo que Tadej tiene muchas posibilidades».
Lo mismo cree otro de los que ya se codeó con él, Elosegui. «Para mí el favorito es Van der Poel pero pongo a Pogacar a su mismo nivel. Y si ganase, no me sorprendería». Mucho menos que el estado de aquellos adoquines sobre los que maldijo en su momento. En el Kern Pharma tienen la ambición de correrla algún año. Al igual que el Tour. «Me haría más ilusión el Tour, porque es la carrera que he vivido siempre, muchas historias, la carrera más grande. Pero la Roubaix sería un sueño también. La clásica más grande que me falta por correr», concluye el vizcaíno.
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