Si hay un deporte más exigente que el ciclismo es el esquí de fondo. El aragonés Martí Vigo comenzó con tres años a deslizarse por las pistas nevadas de Llanos del Hospital, en los Pirineos. Con los esquís disputó mundiales y estuvo en los pasados ... Juegos de Invierno de Pieonchang 2018. Pero algo se le desconectó en su interior justo después. Falleció su padre, se desmotivó y se alejó de la nieve. Adiós al deporte de élite. Eso parecía. Y no. Por un cruce del destino y tras haber disputado sólo dos carreras como ciclista amateur en 2020, ha firmado un contrato por dos temporadas con el equipo italiano profesional Androni, la antigua escuadra de Egan Bernal. Con 22 años, Vigo ha dado un salto increíble.
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Tiene motor. Ser esquiador de fondo de élite le equipa de serie para un deporte de resistencia como el ciclismo. Tiene precedentes, como el del noruego Thor Hushov, antiguo esquiador y luego campeón del mundo de ciclismo. O el de Primoz Roglic, exsaltador de trampolín que no llegó al pelotón hasta los 21 años. Con uno más, Vigo debutará en 2021 en las grandes carreras el calendario internacional.
Tras los Juegos, el deportista aragonés anunció a su familia y a su entrenador que dejaba el esquí. Quería centrarse en los estudios, en la fisioterapia. Entre libros y exámenes acompañaba en los entrenamientos en bicicleta a su novia, Lydia Iglesias, antigua esquiadora y ahora ciclista profesional. Ella le marcó el camino. Pedaleaba veinte horas a la semana. Por diversión. Se enganchó. Corrió pruebas cicloturistas como la 'Purito' (Andorra).
Y se fijó como meta participar en la pasada edición de la Quebrantahuesos, marcha suspendida por la pandemia. En su lugar, se apuntó al Campeonato de Aragón de ciclismo amateur. Y lo ganó. Visto su rendimiento, el equipo navarro Telcom le hizo un hueco en el Memorial Valenciaga. Vigo no tiene experiencia en carrera, ni técnica. Aun así, terminó decimotercero en Arrate ante los mejores corredores del pelotón aficionado español.
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Su eclosión despertó la curiosidad. Patxi Vila, director del Movistar, le sometió a un test físico. El rendimiento del joven de Sesué (Benasque) resultó asombroso. Un portento. Empezaron los contactos. A través de Maurizio Fondriest y Paolo Alberati, agentes, los datos de Vigo llegaron al técnico Gianni Savio, director del Androni. Un cazatalentos. Savio, que dirigió a Bernal, Scarponi y Pellizotti, le dará a Vigo la oportunidad de llegar con la bicicleta más allá que con los esquís. Compartirá pelotón con otros dos 'novatos', los triatletas Javier Romo y Ander Okamika. El talento siempre sale a flote, en la nieve, el mar o el asfalto.
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