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Alain Mateos
Jueves, 16 de mayo 2024, 10:52
«Puedo vivir sin victorias en el Giro, pero no sin pasta». Tadej Pogacar sorprendió a todos con estas declaraciones cuando en el segundo día de carrera en Italia, el esloveno se vistió de líder y logró su primera victoria endosándoles a sus rivales medio ... minuto en la subida a Oropa. La carta de presentación del ciclista del UAE en el país transalpino, no podía ser mejor. Y después llegó el día de la contrarreloj y volvió a ganar ante la cara de asombro de los grandes especialistas contra el crono.
Suma tres victorias en once etapas y aventaja en casi tres minutos a sus rivales, y siguiendo una dieta que incluye pizza, hamburguesa, helado... y ¡hasta cerveza! ¿Pero cómo puede ser posible que un ciclista de la categoría de Pogacar se permita este tipo de caprichos y al día siguiente arrase a sus rivales? Su nutricionista, el navarro Gorka Prieto, lo explica en GCN. «Priorizamos la ingesta de hidratos de carbono, porque durante el ejercicio nuestro almacén de glucógeno se va agotando», explicó en el canal de YouTube de GCN en español. «Por ello damos prioridad al arroz, la avena, la pasta, la patata, el boniato, la quinoa, los cereales…».
Prieto asegura que un ciclista puede gastar unas «5.500 calorías durante una etapa». Cantidades que ascienden a más de 100.000 calorías a la conclusión de una gran vuelta como el Giro de Italia. Para suplir este déficit, los ciclistas se permiten ciertos caprichos en los días de descanso. Por ejemplo, Tadej Pogacar se comió una hamburguesa el pasado lunes durante su 'día libre'. Esa misma mañana, el esloveno y sus compañeros se tomaron unos minutos de descanso en pleno entrenamiento y disfrutaron de un delicioso helado. La mayoría escogió con sabor pistacho pero el líder optó por algo más atrevido: «Yo me pedí uno con sabor a ricotta, pera y palomitas de maíz».
La realidad de las pizzas, hamburguesas y otros 'alimentos prohibidos' es que forman parte de las excepciones. «Solemos meter la hamburguesa en la jornada de descanso o en el día previo, porque los ciclistas se levantan un poquito más tarde y las digestiones cambian», explica Prieto. «Al final, intentamos que la dieta no sea muy monótona, que tengan variedad. Yo no les impongo nada, les sugiero lo que tienen que hacer y en base a los gustos de cada uno, se puede planificar sus menús».
Esta dieta de Pogacar no solo es aplicable a las grandes vueltas que tienen varios días de descanso, sino que también la practica en carreras de una semana. Hace unos días, su representante Álex Carera reconoció al diario belga HLN que «la noche anterior a la última etapa de la Volta a Catalunya, Tadej y yo estuvimos hablando un buen rato y bebiéndonos una cerveza».
Sorprende porque aquel fin de semana de marzo, el esloveno dio una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en una carrera disputada en España. Ganó en el santuario de Queralt aventajando al segundo en un minuto y, al día siguiente, ganó en Barcelona en lo que fue la última etapa de la Volta.
Álex lo explica de un modo sencillo: «Al final, una no hace daño; es más, puede ayudar a recuperar y a relajar el cuerpo. El ciclismo ha cambiado mucho en los últimos años, pero la cabeza de los ciclistas sigue siendo más importante que las piernas».
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