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La quinta etapa del Giro debía ser tranquila para los ciclistas, pero en este tipo de carreras no hay jornadas de transición. Este miércoles, Mikel Landa ha abandonado tras sufrir una grave caída a falta de cuatro kilómetros para el final. Jonathan Castroviejo, que ... escolta en todo momento a Egan Bernal, que se había descolgado poco antes no ha visto el accidente, pero al pasar cerca del corredor alavés asegura que «me temía lo peor. Estaba claro que eso era un abandono».
El ciclista del Ineos sostiene que en la zona donde se ha producido la caída de Landa, con ligera bajada, «el pelotón iría a casi 60 por hora». «Un accidente a esa velocidad siempre es dura», explica el vizcaíno, quien a pesar de ver consciente al alavés «sabía que no podría continuar». Las cámaras de televisión indican en ocasiones la velocidad a la que circula el pelotón. Aunque la tensión y los bandazos no se aprecian bien. Los ciclistas luchan por colocarse en la mejor posición a más de 50 por hora, salvando obstáculos e isletas. «Se vive con mucha tensión», explica Castroviejo, cuyo compañero Sivakov también se ha visto obligado a retirarse tras verse involucrado en otra caída.
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