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Cuando Richard Carapaz llegó a Pamplona para correr unos meses en el equipo amateur Lizarte, filial del Movistar, le preguntaron por sus metas. Y no se tapó. «Sueño con ganar el Giro». Ilusión rosa. «Es la carrera que siempre me gustó, desde niño», desde ... que nació hace 26 años en Ecuador. Hace un año, antes de debutar en su carrera preferida, ya anunció que iba a ir a por la maglia rosa. Casi. Acabó cuarto. Ahora es el líder. Besó su maillot en el podio. Emocionado como en un despertar de la noche de los Reyes Magos. «A partir de este momento trabajaré para conservar el liderato hasta el final y, si puedo, aumentar la ventaja en la montaña», avisó. No le puso ningún velo a su ambición.
A través del liderato en el Giro se ha convertido en el líder del Movistar. Por delante de Mikel Landa, que ayer asumía la situación. «Esto es bueno para el equipo», declaró, situado en la quinta plaza de la general a dos minutos y 50 segundos de su compañero. Es el sino del alavés. Siempre ha tenido en su escuadra algún ciclista que le ha quitado protagonismo. Fabio Aru en el Astana, Thomas y Froome en el Sky, Quintana en el Movistar y ahora Carapaz. El equipo español tenía dos bazas y las jugó. En la dos primeras etapas de montaña enseñó a Landa tal cual es, agresivo, valiente, con ataques lejanos. Y remató ayer en la tercera con Carapaz, que ya había marcado el mejor tiempo el viernes en la subida a Ceresole Reale.
«Fue una estrategia muy bien planteada por el equipo. Mikel también se encontraba bien y la etapa se adaptaba a mis condiciones. Teníamos dos bazas y salió todo redondo», resumió Carapaz, campeón panamericano Sub'23 en 2013. El año pasado ganó una etapa en el Giro y suma dos en esta edición. Entre él y Landa se han quedado con todas las montañas escaladas hasta hoy en la ronda transalpina. En Courmayeur dijo en alto que la maglia rosa es suya. La besó sin parar. «Recuerdo como si fuera ayer que practicaba con una bicicleta en Ecuador de niño… y ahora me visto de rosa. Increíble. ¡Cuánta emoción!». Le toca defender su tesoro. «Nibali y Roglic son nuestros rivales». Hablaba en plural.
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