Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Entre Cuneo y Pinerolo selló Fausto Coppi su mejor gesta. Entre Cuneo y Pinerolo se disputaba la decimosegunda etapa de este Giro. Territorio ciclista sagrado. Buen lugar para fundir los mitos y moldear nuevos campeones.
Casi dos semanas después de empezar, el Giro subió su ... primera montaña, la pared del Montoso. Y dos escaladores, Mikel Landa y 'Supermán' López, le buscaron allí la garganta al gran favorito, Primoz Roglic. Impacientes. Tenían ganas. Hambre. Lobos. Al fin sonó el ruido de las espuelas. Landa y López, a más de cuatro minutos en la general, tienen muy lejos la victoria en el Giro. Pero como escribió Manuel Altolaguirre, «el héroe que muere en pie sobrevive a la contienda». El alavés, como los ídolos de los que se alimenta, corre para ganar y también para dejar huella entre los aficionados. Ni él ni el colombiano esperaron. A la primera. A degüello. Su ataque a dúo, con la cima a 30 kilómetros de la meta en Pinerolo, les dio apenas medio minuto de premio pero sirvió para lanzar su aviso y para desnudar a Roglic, huérfano de gregarios. Todos, incluidos Nibali y Yates, tomaron nota. Landa y 'Supermán' mostraron el camino, largo aún, a seguir en este ya emocionante Giro.
Antes de salir desde Cuneo, el equipo UAE había hecho sus cálculos. Conti era el líder de la 'corsa rosa', pero no iba a ser fácil que lo fuera en la meta de Pinerolo. Defender la maglia obligaba al UAE a una tortura. Salvo que otro corredor del equipo se metiera en la fuga y diera el relevo a Conti. Y el dorsal perfecto era el esloveno Polanc. Jugada maestra. Polanc, ciclista completo, era el mejor clasificado de los 25 integrantes de la escapada del día, a 5 minutos y medio de Conti. Su presencia en ese vagón le quitó todo el trabajo al UAE. Y como nadie asumió el control, el grupo se largó hasta tener un cuarto de hora de ventaja, de sobra para jugarse la primera etapa de montaña. Era un pelotón de buenos tiradores. Polanc, Bakelandts, De Gendt, Cataldo, Boaro, Montagutti, Caruso, Dunbar, Brambilla... Un collar de muchos quilates en el que también estaba un ciclista sin currículo, Cesare Benedetti, el que se llevó la etapa, el que tuvo más fe.
El Giro se partió en la subida a Montoso, 9 kilómetros al 9,5% de desnivel. Un puerto tremendo. La fuga alcanzó la primera rampa con 12 minutos. De sobra. Brambilla, Dunbar, Capecchi y Caruso se quedaron solos. A unos metros, resistente, Benedetti no se rendía. Ese fue su éxito. El otro Giro, el que pelea por el podio final, cruzó la línea de fuego. Los escaladores ansiaban una cuesta así tras tantas etapas llanas y largas, tras tanto desgaste invisible. El Giro mantiene esa esencia de largo aliento, aunque no sea muy televisiva. A Landa y López les rechinaban los dientes. Vienen de una contrarreloj desastrosa en San Marino, de recibir casi sepultura. Y nunca hay que enterrarles. Son de los que si caen lo hacen de pie. De los que arremeten de lejos. Eso hicieron. Fieles a su naturaleza salvaje.
El ciclismo se adorna con corredores así. Arrancó López. Replicó Landa. Se juntaron. Un vistazo bastó para firmar el acuerdo. Detrás, Roglic, huérfano, se escondía a rueda de Nibali, Yates, Carapaz y Majka. El esloveno no enseñó nunca la cara. Sus rivales la pusieron por él. Le salvaron. Por las rampas de Montoso se extendía el aroma de la batalla, la primera del Giro. Landa y López coronaron la cima, con poco más de medio minuto. Caídos de la fuga, les esperaban dos de sus gregarios, Sutterlin al alavés y Boaro al colombiano. De ellos dependía que sus líderes conservaran esa renta hasta la entrada al muro de San Maurizio, la calle vertical y empedrada que gira hacia la meta de Pinerolo. Cumplieron tras recibir la posterior ayuda de Cataldo, otro fiel a 'Supermán' en el Astana.
Landa y López alcanzaron la meta juntos, compartían misión, la remontada. Para entonces, Polanc ya había sucedido a su compañero Conti en el liderato y Benedetti celebraba su única victoria como profesional. Pero el Giro se fijaba en los dos escaladores, en el medio minuto de ventaja que habían arañado y, sobre todo, en la soledad de Roglic. Y ahora viene el primer final en alto, en Ceresole Reale. La nieve. El Giro de verdad. El de los campeones que ganen o pierdan siempre lo hacen de pie.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.