La gran fiesta del ciclismo africano en el Giro terminó mal. El eritreo Biniam Girmay, ganador ayer de la décima etapa, no toma hoy la salida por las consecuencias del golpe que recibió en el ojo izquierdo mientras abría la botella de prosecco que ... le corresponde al vencedor. El tapón le dio en el ojo izquierdo y tuvo que ser trasladado a un hospital. Según su equipo, el Intermarché, no tiene lesiones graves, pero, tal y como adelanta 'La Gazzetta dello Sport', hay que hacerle más pruebas y tiene que abandonar el Giro en el que ha hecho historia.
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Girmay, de 22 años, se convirtió en la meta de Jesi en el primer africano negro que gana en el Giro y en una gran vuelta. Para un eritreo como él, vencer en la ronda 'rosa' tiene un significado especial. Eritrea fue colonia italiana. Además, lo hizo en un sprint antológico. Para la historia. En un duelo con uno de los ciclistas más potentes del pelotón, Matthieu van der Poel.
Luego, ya en el podio, Girmay comenzó a descorchar la botella de vino espumoso. Pesa tanto que los vencedores de etapa la suelen apoyar en el suelo. Y zas. El corcho salió disparado hacia su ojo izquierdo. Algo similar le había pasado días atrás a Van der Poel, pero el impacto dio en la ceja del neerlandés. Girmay, por ese incidente, deja una carrera en la que aún tenía varias opciones de victoria y donde luchaba por el maillot de la regularidad. Eso sí, se va tras confirmar que ya es uno de los talentos de la nueva generación y que África tiene al fin un ciclista para soñar.
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