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Demare, de azul, super a Sagan en la cuarta etapa del Giro. Afp
Demare bate a Sagan por un pelo en un Giro que se queda sin Thomas

Demare bate a Sagan por un pelo en un Giro que se queda sin Thomas

El francés gana por milímetros la cuarta etapa, a la espera de que Pello Bilbao y los favoritos se crucen en la montaña que viene

Martes, 6 de octubre 2020, 16:48

De Catania, bajo el volcán Etna, partió la etapa que por un pelo -literal- le iba a ganar el francés Demare al eslovaco Sagan en el sprint de Villafranca Tirrena. A la salida de Catania no llegó Geraint Thomas, que había patinado en la jornada anterior sobre un bidón caído. Tiene una fractura de pelvis, un hueso que va sobre el sillín. Dolor. «Estoy muy decepcionado. Estaba al mismo nivel, o mejor, que cuando gané el Tour», lamentó el galés. No es el año del Ineos, el mejor y más rico equipo del mundo. Bernal no pudo con el Tour y ahora pierde a Thomas en el Giro. Catania, con sus construcciones hechas con piedra volcánica, oscura, vestía de luto. Acompañaba en el sentimiento al Ineos. Ambiente de funeral. Memoria triste. Aquí, en el inicio del Giro de 1976, se mató el cántabro Juan Manuel Santisteban, buen ciclista, buen hombre.

Corría en el KAS. Era su primer Giro. González Linares había pinchado. Santisteban se quedó para remolcarle. Venga a mirar atrás, pendiente siempre de los demás. Y en un mala curva el pedal le dio contra un murete. Salió por los aires. Antón Barrutia, director de la formación alavesa, paró para atenderle. Linares siguió adelante. Pensaba que su gregario se habría roto una clavícula. Pero no. El generoso ciclista de Ampuero falleció junto a las piedras negras, de lava, del Etna. El KAS quiso abandonar la carrera, pero Torriani, director del Giro, les convenció de que el mejor homenaje era seguir. Siguieron.

Thomas no ha podido. El Giro continuó sin él. Dejó atrás la negra Catania y tiró hacia una montaña igual de oscura, la Portella di Mandrazzi. Es un puerto de tercera categoría... a la italiana. Tiene casi veinte kilómetros de ascensión. Además, llovía. Y la niebla cegaba el descenso. En Sicilia las carreteras están sucias. Con cuatro gotas de agua se convierten en cristal. Peligro. El Bora de Sagan aceleró cuesta arriba para descartar a velocistas como Gaviria y Viviani. Y el Trek de Nibali, que es siciliano y se sabe todos los trucos de su isla, apretó en el descenso para evitar riesgos y, de paso, descartar a algún rival si se descuidaba o frenaba en exceso. Ese ritmo acabó con la fuga de Simon Pellaud.

Viviani enlazó. Gaviria, no. El pelotón huía del colombiano, tan veloz. En el camino a la meta, Caicedo quiso quitarle a Almeida la maglia rosa con la bonificación del sprint intermedio. Pero el joven líder portugués corre atento. Y fue él quien recogió un par de segundos de premio. No se quiere bajar de su sueño rosa.

Pello Bilbao, bien escoltado

El Giro es un campo minado. Con algún que otro bidón perdido que provocó el pánico en el pelotón y que tiró a Weening y a Sepúlveda, la carrera llegó al final. El equipo Bahrain protegía a Pello Bilbao, tercero en la general, de las caídas. Ya es su baza. El vizcaíno, buen contrarrelojista, tiene en el Giro el golpe de pedal del Tour. En la etapa que viene, con la subida al Valico de Mostescuro, aspira a estar a la altura de los mejores, de Nibali, de Fuglsang, de Kruijswijk, los favoritos que le quedan a este Giro trepidante.

Hasta el sprint de la última jornada siciliana fue eléctrico. A la recta final se entraba después de tres curvas barnizadas con unas gotas de lluvia. Es como un cerilla junto a un bote de gasolina. Da miedo. Un lanzador de Demare salió el primero del último giro. Había cogido sin querer unos metros y, ya puestos, tiró a por la victoria. Sus compañeros trataron de frenar al resto. Pero el Cofidis de Viviani se abrió paso. Roces de hombros y codos. La jauría. Sagan, potente, descorchó el sprint. Más veloz en este Giro que en el Tour. Pero Ballerini y Demare se le colocaron en los costados. En paralelo. La clave estaba en el momento exacto de soltar el golpe de riñón. Y acertó Demare, que suma once triunfos en este año vírico. Batió a Sagan por un pelo. Victoria milimétrica. Victoria.

Accidente por el helicóptero

Así es el Giro de emocionante y traidor. Hay peligro hasta el último metro de la etapa. Uno de los helicópteros de la carrera volaba tan bajo en la zona de meta que, por el aire que levantaba, lanzó unas vallas contra dos ciclistas del equipo Vini en la recta final. Quedaron tirados en el suelo, barridos. El peor parado fue Luca Wackermann, que tuvo que ser trasladado a un hospital para ver si tiene fracturas. Su equipo da por hecho que no podrá seguir en el Giro.

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