Urgente Grandes retenciones en La Avanzada, el Txorierri y Malmasín por varios accidentes

La prueba contrarreloj de ciclismo de los Juegos Olímpicos ha confirmado a la estructura Jumbo Visma como la gran dominadora de la especialidad actualmente. Esta posición solo es explicable através de un intrincado, complejo y laborioso proceso plurianual.

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Todo nace en un punto alejado de la carretera, la bici o el corredor: que al responsable de rendimiento y a los rectores del equipo la disciplina en concreto les apasione. He utilizado esta palabra porque entiendo que a todos los responsables les gusta en mayor o menor medida, pero quizás con esto no sea suficiente. Este detalle, que pudiera parecer intrascendente, es fundamental, dado que otros muchos de los factores que determinarán el resultado final son consecuencia directa de las decisiones de estos rectores. La elección del estereotipo de corredor que fichas o prolongas su contrato configura una plantilla de ciclistas que se sienten cómodos en la crono -independientemente de que no sean clase mundial- o aquellos que lo aceptan con resignación o directamente lo evitan. Este clima genera un ecosistema donde puede brotar el potencial de la lucha individual, que es un valor que hay quien atesora de cuna, y quien es instruido en ello. En el ciclismo moderno, el asesoramiento técnico y científico en contrarreloj es responsable de diferencias que son las realmente relevantes al máximo nivel y el hecho de contar con un elenco de expertos responde a la voluntad de quienes dotan a los corredores de medios. Sin embargo, si dotamos de estos medios humanos a corredores que no disfruten de esta disciplina, su influencia va a ser sensiblemente menor.

Finalmente nos queda por citar a lo que comunmente se atribuye el mérito del resultado del día D: los materiales casi mágicos que hacen la función de amuletos. Esta afición pseudotrival está muy asentada en nuestra forma de entender el mundo. No trato con esta afirmación de infravalorar su importancia cuando las diferencias se miden en segundos o décimas, pero sí que es necesario subrayar que se trata del factor menos relevante, tras la aptitud y actitud del corredor y su entorno que describía anteriormente. La cruda realidad es que aquellos que no disfrutan de la contrarreloj siempre llegan más tarde a los avances tecnológicos, por poner un ejemplo más clarificador. Esto nos trasladaría directamente al punto en el que comenzaba esta explicación. Las victorias en las cronos se comienzan a forjar en las mesas de reuniones de los mentores de los equipos y en la metodología que de ello se deriva.

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