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Como tantos niños de Bergara, Julen Irizar se hizo ciclista en el club Lokatza, que en euskera significa barrizal. Para ser bueno en este deporte, como en casi todo, hay que atreverse, tirarse al barro. Irizar estuvo en fuga durante casi toda la primera ... etapa de la Vuelta a la Comunidad Valenciana, entre Castellón y Vila-Real (180 kilómetros).
No llegó a tiempo para el sprint. Le cazaron a diez kilómetros del final cuando ya sólo el belga Beullens y él resistían. En la recta final, catapultado en una remontada tremenda, ganó el holandés Dylan Groenewegen por delante de Jakobsen, Kristoff, Swift y Juanjo Lobato, compañero de Irizar en el equipo Euskadi. La meta del equipo naranja no estaba en la ciudad de los azulejos sino en dejar ver su color para lograr una de las dos plazas de invitado en la próxima Vuelta a España. Hay pelea deportiva con el Caja Rural, que colocó a Jon Aberasturi sexto, y el Burgos.
Los tres equipos aspirantes recibieron el domingo una buena noticia. El holandés Van der Poel renuncia a disputar una gran vuelta esta temporada. La ronda española partirá en agosto desde su país, desde Utrecht. Por eso, el campeón del mundo de ciclocross y su equipo formaban una candidatura difícil de batir en la pugna por esos dos huecos de invitado. Ya no. La pelea queda entre los tres conjuntos españoles. En la parrilla de salida, el Euskadi era al principio el peor clasificado. Pero desde que el calendario ha empezado a rodar no deja de sumar méritos.
La semana pasada durante la Challenge de Mallorca, su líder, Rubén Fernández, estuvo con los diez mejores en las dos jornadas de montaña. La escuadra naranja, además, mostró un estimable nivel medio. «Estamos mejor que el Caja Rural y el Burgos», subrayan desde el conjunto presidido por Mikel Landa. Para entrar como invitado en la Vuelta no sólo cuentan los argumentos deportivos. También, y mucho, los comerciales, los económicos. «Nosotros lo que tenemos que hacer es convencer a la Vuelta para que nos llame, darle razones en la carretera», añaden. En eso están.
Casi desde la salida en Castellón Irizar se fugó con Scaroni, Sevilla y Beullens. Al barro. Detrás, el Jumbo (Gronewegen) y el Deceuninck (Jakobsen) les concedieron todo el recorrido salvo los diez kilómetros finales. Estaban reservados para un sprint caótico. Lo lanzó el asturiano García Cortina. Pareció que lo iba a ganar Jakobsen. Y se lo llevó el compacto Groenewegen, que estrena su casillero y el de su equipo. El holandés corre en el Jumbo, un conjunto con etiqueta World Tour. Tiene plaza asegurada en todas las grandes carreras. El Euskadi, el Caja Rural y el Burgos son de segunda división. Tendrán que ganarse la invitación. Esa es la otra carrera que van a disputar hasta marzo o abril, cuando la Vuelta elija. Al barro.
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