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Abner González. foto: Telcom-On Clima-Osés

De casi quedarse solo en un hotel por el estado de alarma y ser acogido por Intxausti a fichar por Movistar

El puertorriqueño Abner González, que solo lleva 5 años montando en bicicleta, firma por tres años con la escuadra telefónica

Jueves, 12 de noviembre 2020, 01:05

Siempre con una maleta a cuestas, el puertorriqueño Abner González ha viajado por medio mundo para hacer realidad su sueño: ser ciclista profesional. Colombia, Guatemala, Estados Unidos, España... no ha parado de moverse hasta lograr su meta. Acaba de fichar tres años por el Movistar. ... «Todo el esfuerzo de estos años han dado sus frutos», expone a EL CORREO, mientras se dirige a Navarra en coche a una reunión con su nuevo equipo.

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Abner, que tiene 20 años, empezó hace solo cinco con la bicicleta. Fue por su hermano, mucho mayor que él, quien le «motivó» a probar. «Nunca había pensado en competir, solo era una diversión», sostiene este joven a quien un día le llevaron a una carrera que se disputaba en un pueblo cercano. La ganó. Ahí empezó a ver que valía para ello, pero en Puerto Rico el ciclismo no tiene la afición de otros países. Le llegó la oportunidad y no se lo pensó. Viajó a Galicia con solo 16 años. Se alistó en el equipo Ciudad de Vigo, gracias a un auxiliar que era también puertorriqueño. Después recaló una temporada en otra escuadra cántabra y dio el salto a Sub-23. Y una vez más cruzó el charco. A Los Ángeles, en EE UU. A mitad de año le fichó un Continental, el Inteja. Logró ganar una carrera.

Este joven talento veía que para lograr su objetivo tenía que correr en España. Coincidió en el Inteja con el ciclista Diego Milán, quien hizo de enlace con el equipo navarro Telcom-On Clima-Osés, con quienes ha corrido esta temporada. Sin embargo, en marzo la pandemia sacudió el mundo. El hotel de la escuadra en el que Abner se alojaba, cerró y al corredor se le ofreció quedarse solo en el establecimiento. Un espacio demasiado grande para él solo. «Menos mal que un compañero me acogió en su casa. Estuve dos meses allí», recuerda. Una vez se eliminaron las restricciones para viajar entre provincias, Milán le pidió a su excompañero en el Nicolás Mateos, Beñat Intxausti, que acogiera a Abner unos meses. El exciclista de Muxika lo hizo y trató de transmitirle todo lo que él había aprendido en su carrera. «Fue una pasada poder aprender de Beñat. Un honor. Es una tremenda persona. Me dio pautas para entrenar, consejos en carrera...», explica este joven, quien solo tiene grandes palabras para describirle.

Abner es un escalador puro. Mide 1,74 y pesa 57 kilos. Se le veía entrenar duro en solitario por las carreteras de Gernika, Mungia y alrededores. El trabajo dio sus frutos. Se impuso en una prueba de la Copa España en Torredonjimeno, en la cronoescalada de la Vuelta a Alicante y fue tercero en la prestigiosa carrera para amateurs, el Memorial Valenciaga. En esta prueba tiene una anécdota que pocos conocen. Antes del primer paso por Ixua le entró el apretón y se tuvo que bajar de la bicicleta. Como Dumoulin en el Giro de 2017. «Me metí entre varios árboles como pude», recuerda entre risas. «Después me tuve que dar una buena para enlazar», explica.

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Este joven ya ha logrado su objetivo. «Es un sueño hecho realidad, todavía no me lo puedo creer. Además es un orgullo ser el primer ciclista puertorriqueño en llegar a la máxima categoría», dice. Ahora deberá adaptarse a la categoría y demostrar su talento. Le tocara llevar una maleta, pero la del Movistar.

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