Mikel Uriarte
Lunes, 20 de marzo 2023, 00:16
Mikel Landa apenas para por casa en este inicio de temporada. Deshacer una maleta para, tres días después, empezar a hacer otra. Es su rutina de estos últimos días. Recién llegado de la Tirreno-Adriático, y con la vista puesta en la Volta a Catalunya ... que arranca hoy en Sant Feliu de Guixols. El escalador de Murgia cumple su cuarta temporada vistiendo el maillot del Bahrain Victorius, con el que acaba contrato precisamente el próximo 31 de diciembre. A sus 33 años tiene objetivos por los que pedalear todavía. En la charla con EL CORREO se muestra ambicioso e ilusionado de cara a un Tour tan especial como el de este curso que comienza en casa y al mismo tiempo aprovecha cada minuto libre para disfrutar de su retoño, Danel.
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- ¿Con qué sensaciones ha vuelto de la Tirreno?
- Estoy contento por cómo me he encontrado. Es verdad que el recorrido era un poco difícil para mis características por la crono inicial y con el final en alto marcado por e viento que tal vez no me dejó jugar mis cartas, pero la condición es buena.
- De no ser por esa contrarreloj, ¿habría optado al podio final?
- Sí, podía haber estado cerca, aunque había bastante gente especialista y era difícil.
- Por cierto, ¿cómo se tomó la sanción de la penúltima etapa por ir por la acera?
- Me sorprendió, más que por el castigo por el hecho de que no se sancionara a todos porque fuimos muchos los que invadimos la acera, independientemente de que pasáramos los pivotes por la izquierda o la derecha. Por suerte, al final llegamos a un acuerdo y la retiraron.
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- Exceptuando la etapa inicial, ¿se vio cerca de Roglic?
- Sí. Él siempre se regula un poco mejor y tiene un poco más de sprint. Nos ganaba las etapas, pero tanto en la etapa 'reina' como en la de los muros me vi a su altura e incluso le pude atacar.
- Lleva diecisiete días de competición con un segundo puesto en Andalucía y dos séptimos en Valencia y Tirreno. ¿Va el arranque de curso como esperaba?
- La verdad es que sí. Quería empezar bien. Los últimos años siempre he enfocado la temporada en el Giro y no te permite en estas carreras estar a tu mejor nivel. Esta vez al pensar en el Tour quería arrancar bien y la verdad es que estoy contento.
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- Ahora, ¿qué le toca?
- Hoy arranco en Cataluña, luego haré la Itzulia y después correré la Flecha y Lieja. Todo con la idea de llegar lo mejor posible al Tour, que este año es una oportunidad irrepetible. Mi idea era hacer un buen bloque al inicio para descansar después y centrarnos en la Gran Boucle.
- ¿Un podio en una vuelta de una semana sería un espaldarazo de cara al Tour?
- Sin duda. Actualmente, en cuanto a nivel se refiere, hay poca diferencia entre una carrera de una semana y una grande. La gente que te encuentras en el Tour está corriendo pruebas de seis o siete días. Sí que me gustaría estar entre los tres primeros en Cataluña o la Itzulia para coger un poco más de confianza.
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- ¿Cómo va el trabajo de mejora de la contrarreloj?
- Este año no he cambiado nada respecto al pasado año, aunque sigo entrenando a menudo con la 'cabra'. Esta temporada hay menos cronos y por eso hemos decidido no hacer muchas modificaciones en cuanto a la posición y demás.
- ¿El perfil de este Tour le va mejor que el de anteriores ediciones?
- Creo que sí. El inicio en Euskadi con las carreteras que tenemos y el desnivel que hay supondrá que el estrés de los primeros días sea distinto al de años atrás y con piernas el grupo se irá reduciendo. Luego, es muy montañoso y la contrarreloj de la última semana es muy dura. Así que para mí, el recorrido está muy bien.
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- Este año Vitoria tiene todo en cuanto a carreras de nivel se refiere.
- Cierto. Siempre que pasas cerca de casa es especial, sea cual sea la carrera, pero el Tour más aún. Va a ser algo histórico.
- ¿Qué objetivo se plantea?
- Me gustaría estar en el podio de París. Es algo que llevo buscando mucho tiempo, aunque sé que es difícil. Cada vez hay más rivales competitivos, pero me gustaría al menos estar peleándolo y disputar una etapa también.
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- Con Pogacar en modo invencible todo se complica aún más.
- Desde luego. Ya estamos viendo que es muy ambicioso. Su nivel es tremendo y tendrá ganas de resarcirse de lo del año pasado. No creo que falle.
- ¿Qué tal ha visto a Vingegaard?
- Ha terminado tercero en París-Niza. Si eso no es estar fino, cómo estaremos los demás. Viene de ganar también Gran Camiño. Es un corredor que necesita tres semanas para dar su máximo, me recuerda un poco en ese sentido a Froome. Es más fondista que Pogacar y compararle con Tadej es lo que le hace tal vez de menos. Pero si lo miras objetivamente su nivel está ahí.
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- ¿Doblará después con la Vuelta a España?
- No lo tengo claro todavía. Después del Tour están los mundiales muy cerca y no hemos valorado nada todavía.
- Hace años ganaba su primera carrera del curso con seis o siete días de competición. ¿Nota que ahora la situación ha cambiado?
- No sé si es por mi condición o por la forma que tengo ahora de correr. Antes miraba más una etapa que la general y ahora es diferente. Ahora es más complicado conseguir éxitos parciales. Cuando te la juegas con rivales como Pogacar o Roglic y son más rápidos que yo... Es complicado.
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- Es su cuarta temporada en Bahrain, donde más tiempo ha permanecido. ¿Ha encontrado en este equipo algo más que la tranquilidad deseada?
- Sin duda. Han confiado en mí desde el primer día. Tanto el ambiente con el staff como con los corredores es muy bueno y estoy muy cómodo.
- Termina contrato este año. ¿Ha habido algún movimiento para continuar?
- No, aún es muy pronto. A mí me gustaría seguir aquí, porque he encontrado mi sitio, pero habrá que ver si llegamos a un acuerdo. Ellos también están contentos conmigo. Siempre que he estado bien he respondido y he ocupado puestos delanteros.
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- Este año encima tienen varios corredores para pelear por cosas importantes, además de trabajar para usted de cara a la general.
- Sí. Cuando he tenido algún percance físico siempre ha habido algún compañero que ha respondido. A cualquier carrera que vayamos hay alguien que está preparado para estar delante.
La vida personal de Mikel Landa y su pareja ha cambiado de unos meses a esta parte. El nacimiento de Danel ha supuesto nuevos quehaceres para ambos, sobre todo para la ama, ya que el aita pasa bastante tiempo fuera de casa. «Básicamente ha supuesto cierta responsabilidad, además de una motivación nueva. Ahí andamos disfrutando de él y echándole de menos cuando estamos fuera de casa, sobre todo cuando llevas unos cuantos días lejos», reconoce el de Murgia. Eso sí, pasar las tardes junto a su hijo le permite desconectar de su mundo. Landa tiene claro que ese es entonces su único pensamiento. «Cuando acaba el entrenamiento y estás con él, la bicicleta pasa a un segundo plano y hay otras prioridades».
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