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En 1919, el Tour, como el continente, salía de la oscuridad de la I Guerra Mundial. Buscaba luz. Henri Desgrange, patrón de la carrera y visionario, decidió vestir de amarillo, del color del diario 'L'Auto', al líder. Las etapas partían de noche. Con ciclistas ... vestidos de gris y a tientas por carreteras alumbradas por los focos de los coches. El amarillo era un símbolo de distinción. El primero en portar esa túnica fue el francés Eugene Christophe. Luego la han llevado 265 ciclistas más; entre ellos, Igor González de Galdeano (Vitoria, 45 años), líder durante siete etapas en el Tour de 2002 tras la victoria de su equipo, el Once, en la contrarreloj por escuadras. Esa luz permanece.
- Algo pasó con aquel primer maillot amarillo.
- Es verdad, casi lo había olvidado. Me dieron un maillot de manga corta equivocado, pequeño. No me entraba. Así que le corté las mangas al maillot largo. Tuve que hacerlo porque en ese Tour hizo mucho calor.
- Cuando Jean-Marie Leblanc, entonces director de la carrera, se enteró, mostró su enfado.
- Claro. Estaba prohibido hacer eso. Pero yo no lo sabía. Lo hice de manera inocente, tratando de cuadrar el maillot con mi cuerpo. Si me volviera a pasar, no lo haría.
- Tiene todos los maillots y recuerdos bien cuidados.
- Tengo enmarcados dos maillots. El maillot oro de la Vuelta a España 1999, que fue el primero con ese color, y el de líder del Tour, que es el que más ilusión me ha hecho.
- ¿Cómo recuerda aquel día, que fue una contrarreloj por equipos?
- El año anterior habíamos partido como favoritos y nos ganó el Crédit Agricole. Todo el mundo había dado por hecho que nos íbamos a poner líderes y no lo logramos. Al año siguiente, en 2002, no éramos tan favoritos y lo conseguimos. El US Postal de Armstrong parecía imbatible. Pero ganamos. Tengo muy buen recuerdo porque fue una victoria de todos. Vestirme de amarillo en el Tour e ir a los juegos olímpicos han sido las dos mejores cosas que me han pasado como ciclista.
- El US Postal salió el último en la contrarreloj. La espera hasta que el equipo de Arsmstrong llegó tuvo que ser muy tensa.
- Con muchos nervios. Estábamos en el autobús. Primero, con tensión contenida. Todos decíamos que sí, que era posible, pero nadie estaba seguro. Lo veíamos por la televisión. Y al fin se confirmó. Todo fueron gritos, abrazos y emoción.
- Y le vinieron a buscar para subir al podio.
- Ufff. Fue una sensación inolvidable, impresionante. Líder del Tour.
- Siempre recalca que fue un maillot compartido con el equipo. Esa noche pasó con él por las habitaciones de todos sus compañeros.
- La etapa la ganamos todos. Ya se me han olvidado algunos detalles de aquella primera noche, pero sí recuerdo bien que dormí con el maillot extendido sobre la cama. Compartía habitación con mi hermano, Álvaro. Pusimos el 'amarillo' en el medio. Miraba esa camiseta y me parecía increíble tenerla. Siempre se la había visto puesta a otros. A los grandes. Y, de repente, estaba allí. Pegamos las dos camas y lo pusimos en el medio.
- Pasó una semana como líder. ¿Se notaba el peso del amarillo?
- Te das cuenta lo que supone ser líder. Cada día llegaba hora y media más tarde a la habitación. Todo el mundo quería estar conmigo. No teníamos la experiencia de llevar ese peso y no sabía decir que no. Conllevaba mucho desgaste. Fue una semana muy intensa. Además, íbamos camino de los Pirineos, de casa.
- ¿Llegó a tocar los Pirineos al frente de la general?
- Llegué hasta La Mongie (la estación de esquí del Tourmalet). Allí me lo quitaron. Entraron por delante Roberto Heras, Armstrong y Beloki. Yo acabé quinto, pero perdí el maillot. Eran muy superiores en la montaña. Armstrong se vistió de amarillo.
- ¿Cómo fue la relación con Armstrong en aquel Tour?
- Armstrong era muy ambicioso y te consideraba un enemigo. Era un 'killer' en el pelotón. Iba a por todo aquel al que consideraba un rival.
- El Once fue el adversario del tejano. Beloki terminó segundo y usted, quinto.
- Joseba estuvo más cerca que yo, que llegué en forma porque venía que ganar la Vuelta a Alemania. El estar muy bien en la primera semana del Tour suponía que la tercera se me iba a hacer larga. Y Armstrong no te daba margen. Entonces acababas quinto el Tour a veinte minutos del primero.
- ¿Cuánto dura el efecto de ser líder del Tour?
- Crece durante un tiempo, hasta el año siguiente, cuando ya no consigues ser líder y valoras más lo que hiciste. Pero, mira, los ciclistas jóvenes no saben que yo he sido líder del Tour.
- Ahora prepara a los corredores amateurs del equipo Eulen. ¿Qué cara ponen cuando les dice que fue maillot amarillo del Tour?
- Cuando ven que les asesora un exprofesional les entra respeto. Pero el palmarés no te hace ganarte la confianza de los jóvenes, sino la capacidad que les demuestres.
- Y en casa, ¿cómo les cuenta a sus hijas que fue líder del Tour?
- Es curioso, porque no dejan de sorprenderse. Cuando lean esta entrevista volverán a sorprenderse al ver a su padre con el maillot amarillo del Tour. Les cuesta visualizar que yo fui portada de todos los medios del mundo. Para ellas, los famosos son otros.
- Pero el público no lo olvida.
- No. De hecho, soy conocido por ser líder del Tour. El maillot amarillo es como ganar la etapa cada día. Sales en el 'Telediario', en toda la prensa... Tengo guardados todos los recortes y con los de esos siete días llené una caja bien grande.
- ¿Siente nostalgia?
- No. Son páginas de la vida. Lo recuerdo con cariño. Con mucho orgullo de conseguir cosas que parecían imposibles. El trabajo mereció la pena.
- ¿Regaló muchos maillots?
- Unos cuantos. Me quedé con dos. Mira, me pasó una cosa curiosa hace un par de años. Me invitaron a dar una charla a unos chavales de un escuela ciclista, Aranako. Fui con un maillot de todas mis etapas como ciclista, desde que era un niño en la escuela de Alegría hasta que fui líder del Tour. Y había un chaval que no dejaba de mirar el chaleco amarillo del Tour. Me impresionó tanto que se lo regalé. Es que lo miraba casi temblando. Yo tengo guardados el primer amarillo y el buzo de la contrarreloj. El resto he ido regalándolos.
- ¿Qué ha hecho con los leones de peluche que le dan a diario al maillot amarillo?
- En su día sí que regalé alguno, pero guardé dos grandes y varios pequeños. No se venden. Son únicos.
Miguel Poblet. 1955.
F. Bahamontes 1959-63.
José María Errandonea. 1967
Gregorio San Miguel. 1968
Luis Ocaña. 1971-73
Pedro delgado. 1987-88.
Miguel Induráin. 1991-92-93-94-95.
Igor González Galdeano. 2002.
Óscar Pereiro. 2006
Alberto Contador. 2007-09-10.
Alejandro Valverde. 2008.
Carlos Sastre 2008.
Primera noche de líder «Compartía habitación con mi hermano, Álvaro. Para dormir pusimos el maillot extendido en el medio»
Pelea por el maillot amarillo «Armstrong era muy ambicioso. Iba a por todo aquel al que consideraba un rival»
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