El belga Thomas de Gendt y el esloveno Matej Mohoric se repartieron el circuito de Montjuic, al que había de dar seis giros planeando sobre Barcelona. El tramo de subida era para De Gendt, más completo, y el descenso para Mohoric, un equilibrista capaz de ... trazar las curvas a más de 70 kilómetros por hora sobre dos centímetros de tubular. El esloveno, tan hábil, se iba en cada bajada. Esperaba al belga y seguían juntos. Hasta la cuesta final. De Gendt sabía que era su momento. Sacó zumo de sus músculos y cogió la distancia suficiente para que Mohoric no le alcanzara en la última bajada. Así ganó su quinta etapa en la Volta. A su manera: a lo bestia. Detrás de esa fuga, Valverde y el Movistar trataban de subirse al podio final. Hicieron sufrir a Porte, pero no le descartaron y el Ineos copó el cajón con el triunfo final de Adam Yates, secundado por sus compañeros Richie Porte y Geraint Thomas. Dominio total.
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Montjuic es la cuesta que sube al cielo de Barcelona. La montaña olímpica. La dura rampa del Castell. Y la nostalgia por la desaparecida Escalada a Montjuic, aquella espectacular carrera que repartía el último botín en el final de cada temporada. Por allí subieron Bahamontes, el primer ganador, y los dos grandes dominadores de la prueba, Merckx, con seis victorias, y Marino Lejarreta, con cinco. La falta de patrocinadores y la globalización del ciclismo cerraron la carrera tras la edición de 2007. La Volta, abarrotada de público barcelonés en las cunetas pese a las restricciones sanitarias, pisó este escenario en su etapa final. Seis vueltas al circuito. Fiesta ciclista pese al virus y eco de la Escalada.
De Gendt y Mohoric labraron su hueco en la primera ascensión. Iban en una fuga masiva junto a Lobato, Luis León, Champousin, Urán, De la Cruz, Knox, Barceló... y tres corredores del Movistar, Cataldo, Samitier y Soler. Formaban la avanzadilla del equipo azul para destrozar la séptima y última etapa y subir al 'cuarentón' Valverde al podio final. Para eso tenían que desbancar a alguno de los tres primeros. Yates, Thomas o Porte. Difícil misión. Mientras De Gendt y Mohoric seguían repartiéndose ascensos y descensos, el Movistar inició al acoso a Porte. Gastó todas sus balas, incluso la de Enric Mas. Mandó descolgarse de la fuga a Cataldo primero y a Samitier y Soler después para catapultar a Valverde.
Porte llegó a ceder unos metros en la penúltima subida, pero suturó esa herida en la bajada y se agarró al grupo de los mejores. Valverde no pudo entrar en la foto final del cajón, que fue propiedad privada del Ineos. Para Adam Yates, ganador final, es la confirmación de su gran inicio de temporada. Fue el gran rival, y la víctima, de Pogacar en el Tour de UAE y acaba de poner su nombre en la edición del centenario de la Volta. Ante un público entusiasta y que, si no fuera por las mascarillas, recordaba imágenes anteriores a la pandemia, el británico celebró su victoria. Valverde, cuarto tras el trío del Ineos, se va con un consuelo: ha recuperado un nivel competitivo. Está inscrito en la Itzulia, del 5 al 10 de abril. En la ronda vasca también estará De Gendt. Alguna fuga será suya. Se dedica a eso, a cazar etapas como las cinco que ya tiene en la Volta.
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