La selección española de ciclismo viaja hoy a Zúrich. Mañana toca recorrer el circuito por primera vez y observar de cerca el escenario y sus dificultades. Entre los expedicionarios está Pello Bilbao -Gernika, 34 años- que, a expensas del plan que determine el seleccionador Pascual ... Monparlier, será uno de los líderes del equipo. Un Mundial es siempre una gran oportunidad de brillar y el corredor vizcaíno llega con buenas sensaciones a la cita. Antes de viajar, atendió la llamada de EL CORREO.
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- ¿Conoce el recorrido?
- No, no he estado allí. Simplemente tengo referencias a través de la información que tenemos a distancia.
- Ahora hay muchos métodos para saber esas cosas sin estar en el sitio ¿no?
- Al menos para hacerte una idea general. El viernes vamos a tener la oportunidad de ver el circuito y ahí ya podremos sacar más conclusiones.
- Y, en líneas generales, ¿cómo le viene?
- Pues diría que ideal. Hay mucho desnivel acumulado, con sucesión de muchas cotas, cortas pero exigentes, con poca recuperación de una a otra, y sobre todo con un volumen alto de trabajo y más de seis horas en carrera que para el corredor que es más veterano y más aeróbico como yo, pues nos viene bien ahora mismo.
- En un Mundial la experiencia también es importante entonces para saber cómo regular o cómo afrontar cada momento.
- Sí, al final eso marca la diferencia también, como lo pude comprobar en Montreal. Tener la experiencia de haber corrido allí o de entender el circuito, de prever cómo pueden correr el resto de equipos, pues te da el margen para ir guardando cada vuelta un poquito más, hasta intuir cuándo va a ser el momento en el que va a explotar todo y ahí sí que ya hay que pelear a tope por la posición. En una carrera de 270 kilómetros no se puede correr con la misma intensidad del kilómetro cero al último.
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- Es, tal vez, una cuestión de saber leer la carrera.
- Hay que ir sabiendo siempre cuáles van a ser los momentos importantes para estar ahí y otros en los que tienes que ir guardando más relajado y dejándote llevar un poco por el grupo.
- En el Gran Premio de Montreal, su última prueba, completó una carrera casi perfecta teniendo en cuenta que Pogacar era prácticamente inalcanzable después de su ataque.
- Sí, yo tenía la sensación de que me dosifiqué muy bien y eso es lo que me dio la frescura como para tener ese margen, para poder arrancar e irme solo. Al final está claro que Tadej estaba totalmente fuera de alcance, pero bueno, el ser el mejor entre el resto de corredores también está bastante bien.
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- ¿En un Mundial acabar segundo un éxito?
- Desde luego, es más importante que en cualquier otra carrera.
- Volviendo a Montreal, en el último tramo, Pogacar tampoco pudo aumentar la distancia con respecto a usted.
- Al final hay que tener en cuenta que él tenía una ventaja más importante que yo respecto al grupo y podía gestionar la renta más cómodamente dejándose llevar igual más en algunos tramos y apretando más en otros. A mí no me quedaba otra que ir a tope. No me amplió la ventaja y se vio que yo pude gestionar la diferencia en los últimos 25 kilómetros con bastante solvencia.
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- En Zúrich además de Pogacar estarán otros monstruos del ciclismo.
- Creo que no va a faltar ninguno, Hirschi, Evenepoel… Eso tendrá que ser otro escalón a superar.
- Entre los favoritos habrá vigilancia y otro lo pueden aprovechar.
- Claro, puede beneficiar a los demás
- Tampoco es lo mismo correr en un equipo que hacerlo con una selección.
- Es una situación muy rara. Estoy compitiendo todo el año con mis compañeros de equipo y hay una sola carrera al año que se disputa por selecciones,
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- ¿Puede ser un problema?
- Siempre es complicado organizar bien el equipo y surgen dudas de cuál puede ser el rol de cada corredor. Eso al final pesa en el aspecto táctico. Es una carrera muy particular en ese sentido.
- En la que incluso compites contra tus propios compañeros.
- Lo veo un poco contradictorio pero es así.
- ¿Será usted uno de los que tengan que intentar rematar la faena?
- Supongo que seré una de las bazas que nos juguemos al final, más que nada por el estado de forma en el que llego y también por la experiencia. Además, por la carrera de Montreal, que es una prueba muy similar y puede dar cierta confianza.
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- Sería un bonito cierre porque este año ha tenido una temporada un tanto irregular, sobre todo por la enfermedad en el Tour.
- No diría que ha sido irregular. Diría que el punto de máximo brillo del año, que es el Tour, me ha fallado. Tuve que abandonar y bueno es difícil darle la vuelta a eso. Lo que se consigue en la ronda gala no es igualable con ningún otro resultado y entonces parece que la temporada se queda un poco coja, pero diría que por nivel he estado muy parecido al año pasado. He estado luchando entre los diez mejores en todas las carreras, salvo en la Flecha Valona]. No pude estar en el podio, pero siempre he estado en la lucha. Fui sexto en Valencia, tercero en el UAE Tour, segundo en Eslovenia, donde gané una etapa, pero igual faltaba un remate. Un resultado con un poquito más de brillo.
- Pero, por lo que se ve, el parón no le ha venido tan mal.
- Parecía que sería un inconveniente, pero he tenido tiempo para cargar un poco las pilas y hacer un buen final de año.
- ¿Así que ahora tiene una energía y una motivación que otros años, a estas alturas, no tenía?
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- Así es, este año tengo otra sensación y lo quiero aprovechar.
- ¿Cuántos años le quedan en el ciclismo a Pello Bilbao?
- Pues yo diría que no muchos. Tengo 34 años y empiezan a ser palabras mayores para un ciclista profesional. Yo creo que, como mucho, serán dos o tres temporadas al máximo nivel.
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