Los ciclistas critican las nuevas normas: «Es como si nos ponen límites de velocidad para entrar en las curvas»

Los ciclistas han mostrado su disconformidad. «Está bien que se preocupen por nuestra seguridad, pero hay cosas más importantes, como las señalizaciones», explica Luis Ángel Maté, corredor de la Fundación Euskadi. En su opinión, lo que quiere imponer la UCI «va contra natura de este deporte». «Corremos para ir lo más rápido y para ello hay que ir lo más aerodinámico posible».

Un razonamiento al que se suma Pello Bilbao. «Es como si nos ponen límites de velocidad para entrar en las curvas». El corredor del Bahrain sostiene que «vamos al límite dentro de nuestras posibilidades, y las bajadas son parte del juego». Maté opina igual. «Es un deporte de riesgo, donde se premia en ocasiones la habilidad en determinadas circunstancias», afirma el marbellí, quien sufrió un grave accidente por una deficiente señalización en la Vuelta a Polonia hace dos años.

Para Omar Fraile es «una faena» la prohibición de la postura del 'huevo', ya que «en una pugna contra el pelotón puedes mantener el pulso». El ciclista del Astana explica además que en un descenso largo «ayuda a relajar los brazos». A pesar de esta nueva normativa, el corredor de Santurtzi piensa que es un veto de cara al público. «Somos el escaparate de los aficionados, que muchos tratan de imitarnos y se ponen en riesgo», afirma.

Cuando un ciclista tira de un pelotón a 50 kilómetros por hora le supone un esfuerzo enorme. Hay que tapar del viento a los compañeros, pero también que el aire sea una menor resistencia para el que va primero. Andrey Amador y Jonathan Castroviejo, gregarios de lujo del Ineos, saben lo que eso significa. Al costarricense se le ha visto más de una vez apoyar los codos sobre el manillar y coger con las manos la base del potenciómetro. Considera, por ello, la medida de la UCI «una gran tontería». Porque, a su juicio, hay mayor riesgo en cuestiones como «la gravilla, las manchas de aceite, la mala señalización»... «Es el pan de cada día para nosotros, y eso la UCI no lo menciona», se queja. Amadoy asegura que «muchas veces soltamos el manillar, como por ejemplo para comer, beber agua...».

Su compañero Castroviejo es un experto en 'esquivar' el aire. Su coeficiente aerodinámico en contrarreloj es uno de los mejores del mundo. Pero sin la 'cabra' tiene que buscar otras posturas. Él se agacha lo imposible cuando le toca tirar. Y en los descensos también. Hace una variante del 'huevo', ya que no se coloca sobre el cuadro de la bicicleta, sino que echa el cuerpo hacia delante. «Deberían especificar bien qué se prohíbe», dice el vizcaíno, que ve más riesgo, por ejemplo, en «las motos» que siguen al pelotón.

Los descensos de los puertos se hacen a altas velocidades. Castroviejo sostiene que «si nos lo prohíben, en vez de bajar a 80 lo haremos a 70. ¿Es lógico? Pues no. En el ciclismo todo el mundo quiere ir más rápido que el resto», subraya. El corredor de Getxo, menudo como Pello, se vería en desventaja con otros corredores de mayor corpulencia. «Con nuestro peso no podemos hacer la misma potencia absoluta que otros ciclistas más pesados. Tenemos que jugar nuestras bazas», expone el de Gernika.

Los ciclistas, que realizan de media unos 30.000 kilómetros por temporada, pasan unas 1.200 horas al año sobre el sillín. Su dominio de la bicicleta es total. «Sabemos cuándo podemos adoptar posiciones de riesgo. No se te ocurre hacerla en medio del pelotón o en una carretera bacheada«, afirma Pello. De la misma opinión es Castroviejo, quien indica que las posturas que van a prohibir las adquieren cuando van en solitario o en fila. «No quieres poner a nadie en peligro, eso nunca»,