El ciclista al que empujó Van der Poel: de adicto al alcohol y las drogas a competir con los mejores

El empujón de Mathieu van der Poel a un rival en el ciclocross de Gavere (Bélgica) ha sido más comentado que la victoria del neerlandés. Algunos aficionados al ciclismo han pedido una sanción para el campeón del mundo, que apartó con el brazo a Felipe Nystrom, que ya estaba siendo doblado y que se sacaba una fotografía con el público.

A Nystrom le da igual el puesto en cada prueba. Para este ciclista estar en la línea de salida es toda una victoria. Natural de Costa Rica, este deportista de 40 años ha luchado por sobrevivir. Y es que hace nueve años, cuando era drogadicto, alcohólico y vivía en la calle, estuvo a punto de morir. «Tenía miedo de volver a caer en la adicción y en la depresión», afirmó en una entrevista 'Cyclingnews'. Tras someterse a tratamiento tuvo la oportunidad de mudarse a Portland (Estados Unidos) y no la desaprovechó.

Aunque no fue fácil empezar una vida en otro país. «No sabía cómo hacer amigos como la gente normal, ya que antes siempre había estado en un bar, borracho y drogado», afirmó. Entonces escogió el deporte como vía para conocer gente.

Empezó con el triatlón, pero descubrió que nadar en las aguas de Oregón no era fácil debido a sus bajas temperaturas. Se pasó entonces a la bicicleta, con la que descubrió que tenía talento. Así, en 2019 logró imponerse en el campeonato nacional de Costa Rica.

En 2021, Nystrom descubrió el ciclocross y se enamoró de ese deporte. Deslizarse con una bicicleta por el barro y pegar brincos con ella. Cuando se enteró de que el Campeonato del Mundo se celebraría en Fayetteville (Estados Unidos) en 2022 y que no tendría hueco en el equipo nacional de ruta, se esmeró para representar a su país en el ciclocross.

Y Nystrom lo consiguió. Estuvo en la línea de salida junto a las grandes estrellas sobre el barro. Cuando en la quinta vuelta le dobló el ganador de la prueba, Tom Pidcock (Gran Bretaña), un comisario señalaba al ciclista de Costa Rica para que se apartara. Cualquier otro se habría mostrado disgustado, pero no así Nystrom, que gritó de júbilo cuando le dijeron que le otorgarían una clasificación oficial.

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