Jonathan Caicedo, ganador en el Etna, viste el maillot del 'pato loco', la camiseta en este Giro del equipo Education First que ha causado sensación por su estrafalario diseño. El conjunto estadounidense hasta ha sido multado por no avisar a tiempo del cambio de ... vestuario. Cosas del marketing. El caso es que ha sido una acierto, casi una predicción. 'El pato loco' le va bien como mascota a este desconcertante Giro.
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Terremoto en el volcán. El Giro, la carrera impredecible, reventó en el Etna. Patas arriba. Tumbó al gran favorito, Geraint Thomas, antes de empezar la tercera etapa. El galés, caído en el tramo neutralizado, perdió 12 minutos. Lo perdió todo. Y casi todo (más de cuatro minutos) se le escapó al que parecía su gran rival, Simon Yates, inesperadamente débil en la subida al cráter siciliano. Todo cambió de repente. Sin líderes, gregarios como Castroviejo, Vanhoucke y Pello Bilbao se atrevieron a atacar. Erupción. Sálvese quien pueda al tercer día de la corsa rosa. Y en ese caos, el mejor de la fuga, el ecuatoriano Jonathan Caicedo, llegó el primero al volcán. A medio minuto apareció Kelderman en el primer ataque que se le recuerda y 12 segundos después, Nibali, Fuglsang, Majka, Pozzovivo, Castroviejo y, por lo pelos, Kruijswijk. A unos metros de ese grupo circulaban el luso Almeida, nuevo líder por centésimas sobre Caicedo, en compañía de Pello Bilbao, que ya es tercero en la general. El Giro es una locura.
Tras el triunfo de Caicedo, el portugués Almeida y el ecuatoriano están empatados a tiempo en la clasificación. Pello Bilbao les sigue a 37 segundos. A 42 está Kelderman. Y pegados, los favoritos que sobreviven, Nibali (a 53), Pozzovivo (59), McNulty (1.11), Fugsang (1.13), Kruijswijk (1.15) y Majka (1.26). La lava del Etna enterró las opciones de Thomas y Yates. Así es el Giro. Los dos británicos lo saben bien. A Thomas le echó una moto de la carrera en 2017 y a Yates le aplastó Froome en la Finestre en 2018 cuando vestía de rosa.
Pero conocer cómo las gasta esta carrera no sirve par evitar más golpes. El Giro no es fácil de domar. Aunque la tercera etapa siciliana miraba de frente a la cima del Etna, los favoritos corren desde el primer día pendientes de la meteorología que les esperará en la tercera semana. ¿Se podrán subir el Stelvio y el Agnello bien entrado octubre? Esas montañas que casi llegan a los tres mil metros de altitud ya están cubiertas de nieve. Por eso, por si no se puede llegar tan alto, Simon Yates quería convertir el Etna en un matadero para sus rivales. Puso a su equipo, el Mitchelton, a tirar en busca de la fuga temprana de Caicedo, Visconti, Craddock, Holmes, Romano, Bjerg, Campenaerts y Rumac. Tiró y tiró y se ahogó. La escuadra australiana no pudo con los escapados.
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Tampoco el Ineos de Geraint Thomas quiso saber nada. Luego se comprobó que su líder iba roto. Tuvo que ser el Trek del siciliano Vincenzo Nibali el que impusiera el orden. A medida que se acercaba el Etna, el paisaje se volvía lúgubre. Fachadas y cercas hechas con piedra volcánica, gris. Color de luto para varios candidatos al podio. A 35 kilómetros para el final, un perro de los muchos que deambulan sin dueño por Catania, irrumpió en la carretera al paso del pelotón. Casi la arma. Afortunadamente, la etapa ya iba en ascenso, más lenta. Hacia el volcán humeante. Humo rosa. Arriba esperaba la maglia para el nuevo líder.
El anterior dueño de esa prenda, Filippo Ganna, iba a ser destronado. Quince kilómetros antes del inicio de la subida final, Thomas torció la cara. No podía. La cornada de la caída le crujía por dentro, en el costado zurdo, en las costillas. Ganna se quedó con él. Rezagados. Cortejo fúnebre. El Giro perdía a su gran favorito. La lista de víctimas creció a ocho kilómetros del final, cuando Yates se descolgó.
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Delante, Visconti y Caicedo cruzaban miradas. Ya sólo quedaban ellos de la fuga. El italiano estaba en casa. Conocía bien ese paisaje negro. Apretó bajo la lluvia. Y se inmoló en su propio aliento. Caicedo le remató. Más joven. Más fuerza. Cuidado con él. Ha ganado la Vuelta a Colombia. Le llaman 'el cubanino' porque es de Santa Martha de Cuba, en el Carchi (Ecuador), la región de Richard Carapaz, el último ganador del Giro, de esta carrera indómita que por la caída de Thomas libera al mejor gregario del mundo, Castroviejo; que coloca a Pello Bilbao, sostén de Landa en el Tour, en un lugar del podio, y que hunde a Yates y Thomas. Y sólo han pasado tres días.
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