Participantes en una edición anterior de la Bilbao-Bilbao. borja agudo
Fecha de la Clásica Bilbao-Bilbao 2021

La pandemia aplaza de nuevo la Bilbao-Bilbao de marzo al 26 de septiembre

La gran fiesta del cicloturismo no pudo celebrarse el año pasado en su fecha habitual y tampoco al final del verano

Jueves, 14 de enero 2021, 09:53

La pandemia sigue empeñada en complicarle la vida a la Clásica Cicloturista Bilbao-Bilbao, que tuvo que ser suspendida en 2020 y que este año tampoco podrá celebrarse en marzo (día 14), como es tradicional desde hace tres décadas. En medio de la tercera ola ... y para alejarse de esta primavera que se prevé marcada por las restricciones sanitarias, la organización de la prueba ha decidido trasladarla al 26 de septiembre. Mantendrá su formato, con salidas escalonadas y los tres recorridos a elegir (85, 115 y 125 kilómetros) de las últimas ediciones.

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Desde 1988, la prueba bilbaína supone el banderazo de salida de la campaña cicloturista. Unos ocho mil aficionados se reúnen cada año para cubrir el recorrido. En marzo del año pasado la expansión de la pandemia obligó a las autoridades sanitarias a suspender los actos, también al aire libre, que conllevaban la concentración de personas. La Bilbao-Bilbao buscó una fecha en verano, pero al final optó por no celebrar la clásica.

«A la mayoría de los eventos la pandemia le ha afectado en una edición, pero a nosotros nos va a tocar dos años», lamenta Philippe Govaert, director de la prueba. Marzo fue en 2020 el mes del inicio de las restricciones. La Bilbao-Bilbao tomó la decisión de no celebrar la cita apenas a cuatro días de la fecha prevista para reunir a más de 8.000 cicloturistas en las carreteras de Bizkaia.

Un año después, el virus sigue ahí fuera. Por eso, y tras consultar con el Ayuntamiento de Bilbao y la Federación Vizcaína de Ciclismo, los organizadores han preferido curarse en salud y colocar la edición 2021 a finales de septiembre. «No tener la clásica dos años seguidos sería demasiado», dice Govaert. «Seguramente, habrá que tomar medidas, como ir con mascarilla a las salidas y también ponérsela al recoger las bolsas de avituallamiento. Y quizá la salida sea más escalonada aún. Lo principal es la salud», añade.

Repercusión económica

La suspensión de la clásica en 2020 generó un perjuicio económico en la organización de este evento en el que colabora EL CORREO. Las miles de bolsas de avituallamiento, por ejemplo, ya estaban preparadas. Muchos de esos productos son perecederos. Algunos fueron destinados al Banco de Alimentos. Tampoco se pudieron utilizar los dorsales, rotulados con la fecha en la que no se celebró la prueba. «Este año nos vamos a septiembre, que también es una incógnita. ¿Tendrá la gente ganas de cicloturismo tras las vacaciones de verano? En fin, esperemos que sí. Y confiemos en que la vacuna esté muy extendida. Muchos de nuestros participantes son gente mayor», apunta Govaert. La edición número 32 de la Bilbao-Bilbao tratará de dejar al fin atrás este tiempo de pandemia.

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