Barguil se queda con una clásica de Estella recortada por la nieve

Los ciclistas disponen hoy de vestuario de sobra para contener el frío y repeler la lluvia. Aun así, toca temblar en una carrera glaciar. Una decena de corredores se atrevieron a fugarse cuando peor tiempo hacía, entre ellos Txomin Juaristi, Mikel Bizkarra, Jon Barrenetxea e Iván Cobo. A relevos vivieron tramos de aguanieve, de lluvia y de cielo azul. Su viaje por esta primavera caprichosa acabó justo antes de la penúltima subida a Ibarra, el muro que bordea Estella.

Al ritmo de Enric Mas, ese kilómetro vertical seleccionó a los más fuertes: Gorka Izagirre, Pello Bilbao, Lafay, Cepeda y Vlasov, el que parecía con más fuelle. Todos iban bien tapados y todos se desvistieron de las prendas de abrigo camino del paso final por Ibarra. El sol había vuelto y venía, además, el tramo decisivo. Fuera ropa. Ibarra desnudó la clásica. El grupo de Pello Bilbao no pudo mantener su ventaja y fue neutralizado en la puerta de Ibarra. Se abría otra carrera.

Latour y Hirschi coronaron la tachuela, aunque no defendieron esa breve ventaja en el descenso a Estella. La moto que retransmitía la carrera frenó a Champoussin. Pero nada paró a Barguil en el sprint que ganó por delante de Vlasov y Clarke. Recibió en la meta el saludo del abrigado Induráin. «Es un honor», dijo.