Arabia quiere revolucionar el ciclismo

Así que mantener la estructura de un grupo deportivo es complicado. El más longevo es el que pertenece a Abarca Sports, el actual equipo Movistar, que cumple 45 años mantiene cierta estabilidad con un patrocinador consolidado, pero ha pasado épocas en las que pudo desaparecer. Como otros equipos que han tenido pasos fugaces por el ciclismo profesional. Pero hay quien está intentando cambiar ese orden de las cosas. A principios de temporada se comenzó a hablar del proyecto One Cycling, una amenaza a las estructuras como la de ASO, organizadora del Tour, de la Vuelta y varias carreras más. Como en todos los grandes proyectos del deporte mundial en los últimos tiempos, detrás está el dinero de Arabia Saudita, a través de su fondo soberano.

Según apuntaba en sus informaciones la agencia británica Reuters, especializada en asuntos financieros, la inversión incial podría rondar los 250 millones de euros. En su intención de lavar la imagen de su país, Arabia Saudita recurre al deporte, como ya ha hecho creando el LIV Golf, que ha revolucionado al circuito tradicional, y que ha captado, entre otros, a Jon Rahm. También ha extendido sus tentáculos incluso al mundo del fútbol, que ha visto como en los últimos años, hay un constante flujo de futbolistas a la Liga de aquel país.

Lo impulsores de One Cycling eluden comparse con otros proyectos deportivos como la Superliga, por las connotaciones negativas del nombre que enfrenta a los organismos oficiales del fútbol y a muchos clubes, con sus patrocinadores. Entre los objetivos del proyecto, todavía en fase de creación, está el de dar a los equipos una participación en los ingresos globales por televisión y beneficiar a los organizadores de las carreras por el aumento de los beneficios. Como apunta el periódico económico francés 'Les Echos', «Arabia Saudita quiere sacudir el ciclismo profesional». Según el diario, hay una docena de equipos ya interesados en el proyecto que podría ponerse en marcha en 2026, aunque en ninguno de ellos se hacen manifestaciones al respecto, ya que, supuestamente, han firmado un acuerdo de confidencialidad. Entre los interesados podría estar el Visma de Jonas Vingegaard, o el Ineos que financia el magnate británico Jim Radcliffe, aunque no el UAE Emirates de Tadej Pogacar, a causa de las tensiones regionales que existen en Oriente Medio entre Arabia Saudita y los Emiratos.

Todo depende también de la opinión de la Unión Ciclista Internacional, que no se opone a los cambios en el circuito profesional, pero cree que no se debe disminuir el peso de los organizadores de carreras.

Y luego está el Tour, claro. Los equipos franceses esperan para saber lo que puede suceder. «No estamos en contra en principio, pero realmente no tenemos ninguna información», apuntaba un director a 'Les Echos', pero nadie quiere enfrentarse a ASO, la empresa organizadora de la carrera francesa, aunque la estrategia pasa por tener paciencia. Ningún gran equipo puede prescindir de su participación en el Tour, aunque sí que se puede montar un frente de hormigón armado para exigirle que su presencia sea mucho más valorada económicamente.