El amargo adiós de Mikel Nieve

El Giro de Lombardia, en Italia, era hoy la última prueba como profesional de tres magníficos corredores: Alejandro Valverde, Vincenzo Nibali y Mikel Nieve. Un día para decir adiós y despedirse a lo grande tras muchos años de batalla en el asfalto. Pero la jornada se ha tornado en una pesadilla para el deportista navarro. A 150 kilómetros de la llegada, del último hinchable de meta después de 14 años en la pelea, Nieve se ha caído junto al italiano Fortunato y ha tenido que abandonar la competición. Su equipo ha informado de que se ha dañado la clavícula y no se descarta que, una vez realizadas las pruebas médicas, pueda sufrir una fractura.

Este amargo final, sin embargo, no empaña una trayectoria inmaculada en el pelotón internacional. Nieve, que cuelga la bici con 38 años, ha sido un corredor excelente. Pasó cuatro años en Euskaltel (2009-2013), donde dejó un gran recuerdo. Al margen de lo deportivo ha destacado por ser una atleta querido y con un carácter discreto. Ese ha sido uno de los rasgos más apreciado por sus compañeros. Siempre dispuesto a trabajar por el equipo.

Excelente gregario, también ha tenido sus momentos de brillo, como gran escalador. Su palmarés es admirable y, probablemente habría tenido más lustre, de no haber fichado por el todopoderoso Sky, donde Chris Froome y Richie Porte eran los líderes indiscutibles. Aun así, en su currículum figuran tres etapas del Giro de Italia y un gran premio de la montaña en esta misma prueba (2016). También ganó una etapa en la Vuelta a España. Nieve se retira con seis Top10 en la general final de grandes vueltas. Ahí es nada. Dos en el Giro (dos décimos puestos) y cuatro en la Vuelta (un octavo y otros tres décimos). Ha corrido 22 grandes vueltas de las que pudo terminar 21. Todo un guerrero.

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