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En los quince días en los que las competiciones nacionales y europeas han interrumpido su actividad, el baloncesto español ha sufrido una sacudida que no debemos pasar por alto. Que no hay relevo para nuestras estrellas es sabido por todo el mundo baloncestístico. La dura ... derrota ante Bélgica debe tomarse como aviso de lo que se avecina. Scariolo, siempre comedido y atinado en sus declaraciones, se lamenta de los pocos minutos que disponen nuestros jugadores en los equipos que compiten en Europa y da por hecho que los que no están en esos equipos no tienen talla internacional. Acertado diagnóstico. Lástima que no se extienda en las causas y consecuencias del mismo.
Veamos alguna de ellas. Los jugadores españoles desde las categorías inferiores juegan muy pocos partidos. Es raro que la temporada concluya con poco más de treinta encuentros. Considerando que la plantilla de un equipo la componen doce jugadores es fácil deducir que raramente un jugador llegue a acumular 500 minutos de juego. Solo con un mínimo de 800 la mejora de consolida. La temporada baloncestística es tan corta que oficialmente descansa mas de cuatro meses. Curiosidad: las supuestas estrellas pasan de los 80 partidos y el resto se queda como máximo en la mitad.
Solo la Federación Española tiene la responsabilidad de cambiar la anómala situación. Últimamente y por iniciativas privadas, se juegan en verano torneos de 3X3 que suplantan lo que deberían ser iniciativas federativas
La consecuencia de esta situación es la atonía de los jugadores, incapaces de buscar estímulos para la mejora. Viendo el partido ante Bélgica me llamó la atención el físico de nuestros jugadores. Cierto que nuestra raza no se ajusta a las necesidades del baloncesto, asunto que se irá arreglando cuando la segunda generación de la inmigración africana se apodere de las canchas, como ha ocurrido en Francia o Alemania. En cualquier caso, se hecha de menos la voluntad y el sacrificio de nuestros mejores talentos. Para que se entienda mi reflexión, les pongo el ejemplo de un jugador. Vean el cuerpo de Willy Hernangómez y compárenlo con el resto de la élite española. La diferencia es producto de largos veranos de esfuerzo tanto físico como económico. La Copa ha demostrado que hoy el talento sin el físico apropiado ya no vale. Los Campazzo, Yabusele o Poirier son el baloncesto moderno. Sin embargo, técnicamente ninguno de ellos es mejor que Brizuela, Juancho Hernangómez o Pradilla.
De las circunstancias negativas se deben sacar grandes conclusiones. Me duele que Sergio Scariolo no se atreva a tirar de la manta decididamente. Por sus éxitos y el trabajo realizado con la selección tiene autoridad para hacerlo. Le vi muy afectado y espero que tan delicado momento no le lleve a pensar en el abandono. Cierto es que su labor es muy difícil. La generación heredera de la pasada no va a ser tan exitosa, debemos poner los ojos en los chicos que, por las circunstancias antes expuestas, se han ido a hacer carrera a Estados Unidos.
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