Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
A Ben Wallace se le debería levantar un monumento. Algo tipo al del 'soldado desconocido' que existe en todos los países. Wallace es un héroe del baloncesto. Posiblemente el último gran héroe 'malote', pero un cuasi desconocido. El gran responsable del último título de los ... Pistons, en 2004, cuando convertido en el último Bad Boy, secó en las Finales a Shaquile O'Neal y aquellos Lakers de ensueño liderados por Kobe Bryant para emular a los Chicos Malos de Thomas, Laimbeer o Dumars. Aquellos que ganaron a base de músculo y percusión el primero anillo de los de Michigan, en 1989 (y el segundo al año siguiente), acabando con el dominio de angelino del inolvidable Magic Johnson, eterna sonrisa de este deporte. El fin del showtime.
Ni por esas pudo ser protagonista. El arrebato violento de Artest, después llamado Metta World Peace, fue tan impresionante, que al público hasta se le olvido que todo lo había empezado el pívot de Alabama, cuatro veces mejor defensor de la liga y el único junto a Olajuwon y Jabbar que ha logrado liderar en una temporada la estadística de mejor reboteador y taponador de la NBA.
¿Cómo es posible entonces que Wallace, que jugó 16 temporadas, fue 4 veces All Star y ganó un anillo no esté en el olimpo mediático de este negocio? Porque en lo deportivo no hay duda, acaba de ser nominado para entrar en el Hall of Fame. Algo que aquí quizá suena a poco, pero que en EE UU es como si el mismo San Pedro le hubiera ido a aparcar el coche mientras él toma posesión de la casa en la que acaban de abrirle la puerta. De hecho, Ben Wallace, el jugador no seleccionado en un draft que más partidos ha disputado en la NBA, es también el primer no drafteado en ser admitido en el Salón de la Fama. Y la pregunta llega sóla, ¿cómo pudieron no elegirlo en el draft? Son 60 plazas cada verano.
Pues por lo mismo que nadie le recuerda en la pelea del ya derrumbado Palace de Detroit, en la que él dio el primer puñetazo. A su alrededor siempre había gente que hacía más ruido. Porque atrapar rebotes y poner tapones es bueno para el equipo, pero los focos apuntan a los que meten puntos y Wallace no lanzó más de cinco veces por partido de media en toda su carrera. Si a eso le sumas que falló más de la mitad de los tiros libres intentados…
Quizá sea solo cosa de mala suerte, de compartir generación con la mejor camada de la historia, la de 1996. El número 1 de aquel draft fue un tal Allen Iverson. Si hubiera en el mundo la mitad de justicia de la habilidad que le faltaba al base para las relaciones públicas…. Igual su nombre estaría en las discusiones sobre el mejor de todos lo tiempo
Marcus Camby. Shareef Abdur-Rahim. Stephon Marbury, Ray Allen y Antoine Walker siguieron a Iverson en la lista. Más lejos, un joven que se colaba directamente desde el instituto a la eternidad pintada en oro y púrpura. Kobe Bryant fue decimotercero. Y otro que tal vez suene su nombre, Steve Nash, fue la decimoquinta elección. Iverson, Allen, Bryant y Nash ya son miembros del Hall of Fame de Springfield, Wallace, merecidísimo, entrar este año.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.