Ricky Rubio se destroza otra vez la rodilla y se perderá el resto de la temporada

La previsión es que esté de baja entre siete y nueve meses, por lo que dice adiós a la temporada. Así lo confirmó una resonancia magnética a la que fue sometido el base español tras caer lesionado en los últimos instantes del partido que su equipo disputó ante los Pelicans.

El de Masnou tiene 31 años. Edad en la que comienzan a considerarte veterano en la NBA. Se rumoreaba que estaba a punto de renovar por tres años y una muy interesante cantidad de dinero. Ya cobra cerca de 17 millones de dólares al año, que no está mal, pero su nivel y, sobre todo, cómo hace mutar y crecer a los equipos en los que juega se podría pagar mejor si tuviese algo más prensa en los Estados Unidos.

Es lo que sucede con el australiano Patty Mills, al que tampoco se acaba de reconocer su valía y eso que está haciendo que los Nets ni se acuerden de un Kyre Irving que ha vuelto ya a entrenar con los de Brooklyn. Dicen que podría reaparecer en las canchas para Reyes.

La estrella de Ricky, un niño que dejó boquiabierto al público que llenaba la cancha BEC a los diez segundos de su debut en la ACB, se enfrenta a otro gran eclipse. Ya se dañó gravemente esta misma articulación en 2012, cuando se rompió los ligamentos cruzados en su primera temporada en la NBA. En su primer baile con Kobe Bryant y los Lakers, lo que hizo acabar de peor manera posible esa campaña de su estreno en la mejor liga del mundo con los Minnesota Timberwolves.

De aquello hace 11 temporadas. Del día que apareció con una camiseta sin nombre que le quedaba inmensa contra el Bilbao Basket, casi 16. En cuanto le llegó el balón anotó un triple. Un genio. Una de esas personas tocadas por los dioses del baloncesto que tiene mucha de la culpa de que los Suns, por ejemplo, sean hoy uno de los favoritos al título.

El base catalán deberá ser operado en las próximas horas y luego enfrentarse a un largo y complejo periodo de recuperación.