Los 45 puntos de un Curry en modo MVP destrozan a los Clippers

Será sorna entonces, podrían decir desde Los Ángeles. Tiene su gracia que en las dos primeras jornadas de la NBA recién iniciada los Warriors se merienden tanto a Lakers como Clippers gracias a dos actuaciones extraterrestres de Curry.

Se estará desquitando de la rabia que le dio no recibir el MVP la pasada campaña. Por números lo merecía. No entrar en los play off lastró sus opciones. A poco que mantenga este nivel (y él no sabe jugar de otra manera, le sale natural) nadie podrá ponerle en duda el honor dentro de siete meses. Ya se verá. Los 45 puntos, con 8 triples (el último para asegurar el triunfo, claro), y los 10 rebotes con los que los que hundió anoche el velero de Paul George y compañía son solo la resaca del triple doble (el primero para él en cinco años) con el que se zambulló como un rinoceronte en el lago de LeBron y Anthony Davis. Si Westbrook no se mete rápido a chapotear con ellos, los Lakers van a sufrir muchos baños.

El chiste -maldita la gracia, pensarán los aficionados de los Clippers- es que en el 115-113 final en el flamante Oracle Arena de San Francisco, Curry repartió su pólvora en dos andanadas y por ambos flancos. Los 25 puntos del primer cuarto le dieron un ventaja de 14 tantos a los de Steve Kerr, sí. No obstante, al descanso se llegó con los de Tyronn Lue por delante, 66-67. Los 22 puntos de un Paul George que también sabe lo que es la anotación compulsiva ponían las tablas para inaugurar un nuevo encuentro.

Bledsoe funcionaba como escudero de George y los angelinos llegaron a mandar por ocho entrados en el parcial definitivo. Curry está demasiado solo sin Thompson, que ultima su reaparición tras dos años de infierno (cruzados de la rodilla primero y aquiles después). Tampoco estaba Kawhi Leonard para los rivales.

Y aunque no hay Splash Brothers hace tiempo en La Bahía los jovenzuelos con los que tapan el roster van dando alegrías. Damion Lee estuvo acertado en esa recta final, como las buenas liebres de atletismo, apretando el luminoso para que Steph encendiera una nueva mecha. Dos bombazos, dos de esos triples imposibles que Curry lanza como guiados por la divina providencia colocaban otra vez a los de San Francisco en cabeza 111-109 a 56 segundos de la bocina.

Dijo Paul George que no, que no aceptaba la derrota y respondió con otro triplazo (113-112), Ya todo daba igual. Curry fue a la línea de libres para poner el 115. Y Kerr, los entrenadores ganan muchos más partidos de los que se piensa, ordenó que mandarán también a Zubac a los 4,60 antes de que llegara un potencial triple ganador del otrora hermano pobre de Los Ángeles. Falló queriendo el segundo, a ver si en el rebote un milagro convertía los 113 puntos que acumulaban en una prórroga.