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Quizá todo sea cuestión de cantidad de información. Una carrera en la NBA con etapas en Celtics, Sixers y Knicks, las tres grandes franquicias históricas del Este, no puede ser tachada más que de impresionante. Claro que la cosa cambia si todo ello ha ... sucedido en unos once meses de competición real y con una burbuja de por medio. Vincent Poirier, hasta la fecha el último estratosférico descubrimiento de la factoría baskonista para el baloncesto de primer nivel planetario, encara el final de su etapa NBA, que ya podría haber terminado ya tras ser cortado por los del Madison.
Poirier, posiblemente el mejor pívot de la Euroliga en el momento de su marcha a la NBA, bien podría estar pensando en regresar al Viejo Continente. Si escuchas un lejano eco merengue es por las muchas veces que se ha insinuado su fichaje por los de Laso. En lo que queda de temporada no parece probable.
Pero miremos primero atrás. El interior de Clamart, un chico que no había jugado al baloncesto hasta los 17 años, explota en Vitoria, como antes muchos otros, y sorprende a propios y extraños con una progresión en su segundo año, en el que añade un perfil de mejor reboteador del continente a su conocida facilidad para completar el pick and roll.
El hambre enlazado a las ganas de comer del francés evidenciaron que el salto a la NBA era cuestión de tiempo. El que tardó en llegar una oferta irrechazable a las oficinas del paseo de Zurbano. Poirier compraba su libertad para invertirla en el sueño, lógico en cualquier deportista, de tratar de triunfar en la liga más potente y exigente. Esa en la que saber rebotear y culminar el pick and rol es casi garantía de trabajo fijo.
Fueron los Boston Celtics los que apostaron por él. Dos años de contrato. Como ha explicado repetidas veces el propio jugador, uno para aprender, otro para hacer cosas. El primero cumplió con lo esperado. Participa en 22 partidos, con seis minutos en cancha de media. Respetable en un campeonato en el que las estrellas acumulan hasta 40 minutos en pista. Ellos juegan 48, ocho más que en Europa.
Sin embargo, cuando se preparaba para la actual temporada, para asumir más responsabilidad, llega el mercado. En una de esas operaciones a varias bandas, la entidad que confiaba en su valía lo factura como equipaje para engordar un canje y Poirier pasa por Oklahoma antes de terminar en Philadelphia. Un poco mareo, pero una oportunidad de oro si hubiera contado para Rivers en uno de los verdaderos candidatos al anillo del presente curso. Incluso como escuela. Entrenar junto a Embiid es un lujo casi para cualquier pívot.
Todo quedó en agua de borrajas. Su participación en la ciudad del amor fraternal ha sido residual. Diez partidos. El resto banco. No llega a cuatro minutos de media. 39 minutos es todo lo que ha competido desde que empezó la liga. Tres tapones, 14 rebotes y 8 puntos. Buena estadística para una tarde, pero no para ser el total de la temporada.
Con el cierre del mercado, la semana pasada, otro movimiento trilero a varias bandas le ponía otra vez en el Amtrack, camino de la Gran Manzana, del mítico e inigualable Madison Square Garden. No ha llegado ni a pisarlo. Los Knicks rescinden su contrato al de dos días de aceptarlo.
Y eso abre la cuestión del futuro. Volver a Europa suena como lo más afinado. Euroliga, no obstante, no puede jugar ya. El plazo de incorporación de nuevos jugadores acabó el pasado día 6. Por eso se anunció con premura lo de Pau Gasol y el Barcelona.
Y es la imagen del catalán la que mejor describe el presente de Poirier. Económicamente no necesita jugar este curso. Podría vivir toda la vida ya con lo ganado estos años. Deportivamente, cualquier otro año, no tendría prisa. Vacaciones hasta verano y escoger la mejor oferta, que no le faltarán. Es libre. Compró su salida del Baskonia y no hay tanteo ni derechos prioritario para los azulgrana.
El problema, bendito problema, es que este verano hay Juegos Olímpicos. Y Francia siempre aspira a medalla. Poirier necesita jugar para mantener la forma y contar en los planes de Colet para Tokio.
PD: Ojo, que cualquiera de los 30 equipos de la NBA puede decidir todavía que sí quiere contar con Poirier. Incluso los Knicks si se rebajase el sueldo apalabrado en su día con Boston.
Todo los tatuajes de Poirier aquí
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