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Sito Alonso, durante un partido de Liga ACB con el Barcelona. Toni Albir
La 'petaca' a Sito Alonso
Baloncesto

La 'petaca' a Sito Alonso

Línea de pase ·

Un ayudante del extécnico del Barcelona denunció en las redes la cama que le habían hecho los jugadores. Y se quedó corto

Ángel Resa

Miércoles, 21 de febrero 2018, 12:13

Mediados de febrero. Resaca del Carnaval que aún agita su cola con fuerza en Tenerife y Gran Canaria, sede la reciente Copa del Rey. Cumpleaños de su divina majestad Michael Jordan, que lo de satánicas queda para los Rolling Stones. Tiempo de contrastes coincidentes en el calendario: la bacanal exhibicionista y despreocupada de la NBA con su ‘All Star’ frente a la competición elevada al cubo que representa el torneo del k.o. en España. Dos modos de entender el baloncesto a uno y otro lado del océano. Mientras la Liga norteamericana aplicaba una mano de decencia a un partido de las estrellas circense que se le había ido de las manos, aquí el Barcelona levantaba la señal de stop a su empeño autodestructivo de los últimos años, muy especialmente de esta temporada, y detenía la inercia triunfal del Real Madrid, el recontra adversario.

Allá insisten con un concurso de habilidades insustancial que ganó Spencer Dinwiddie, emergente base de un club sin rumbo (Brooklyn), y mantienen los desafíos de triples (Devin Booker, Phoenix) y mates (Donovan Mitchell, Utah). La prueba de artilleros mostró punterías inusualmente extraviadas salvo en la final que encumbró al joven y excelente escolta de los Suns. La de matadores en las alturas con estoque y descabello alternó obras menores y algunos hundimientos memorables. Los jóvenes internacionales recetaron crecepelo a los estadounidenses la víspera con una tunda considerable y el cambio en el formato del cachondeo del domingo devolvió al ‘All Star’ algo de la seriedad muy perdida. Los amigos que seleccionó LeBron James derrotaron por el canto de un triple (148-145) a los coleguitas de Stephen Curry.

Entretanto, la ACB devolvía durante cuatro días al escaparate iluminado la joya de su corona. Ninguna fórmula más excitante que la Copa reconcentrada de las medidas drásticas –cada derrota supone la despedida y el cierre– y un trofeo a tres brazadas de esfuerzo superlativo. El campeonato de partidas rápidas deparó la vuelta a la vida del hasta diez días antes mortuorio Barça. Y la transformación fue tal que un ayudante del destituido Sito Alonso colgó en las redes sociales una referencia explícita a la cama hecha por los jugadores. Quienes cumplimos el muy evitable trámite –aquí va mi opinión personal– de la mili recordamos una de las novatadas –se admiten sinónimos peyorativos peores– más célebres de aquel período infructuoso. La de los veteranos doblando sábanas ocultas por la mitad para que los conejos las desgarraran al acostarse. Eso sí era una faena y no el traje de campaña. Pues bien, o mal, la mutación absoluta del Barcelona en tan poco tiempo suena más a aquella ‘petaca’ que a un simple cubrimiento de la cama.

¿Cómo explicar, si no, que semejante plantillón incitase a la lástima y el enojo tras su bochornoso paso días antes por Vitoria frente a un muy buen Baskonia? Los vestuarios del club catalán y del Real Madrid parecen contenedores gigantes de donde empiezan a salir hombres de primer nivel y nunca terminan de desfilar. Pues esa misma liquidación por derribo durante la antesala de la Copa se tomó ésta, ya a las órdenes del viejo Pesic, con tragos de fe, intensidad y contundencia. De rigor defensivo y hasta terceras opciones en ataque gracias a su feroz rebote ofensivo. A base de calidad también porque a equipos de semejante calibre el talento, como la valentía en la mili, se les presupone. Y con las aportaciones estelares de los exbaskonistas Pau Ribas y Thomas Heurtel, conocida como es la querencia del Palau Blaugrana a valorar los productos de Zurbano.

Por si todo fuera poco llega en estos días el anuncio de Tiago Splitter, harto de batallar contra lesiones mastodónticas, sobre su jubilación prematura. Ganador de dos Ligas y tres Copas con el club alavés y de un anillo como componente de los admirables Spurs, la réplica humana de El Caminante deja en su agur los recuerdos de un pívot verdaderamente bueno, orfebre del ‘pick&roll’ con Pablo Prigioni, dignísimo relevo de Luis Scola y receptor de cariños sinceros y adhesiones inquebrantables. Un grande.

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