Más de 70 empleados de los Suns acusan de racismo y misoginia al dueño de la franquicia

Este es tan solo uno de los múltiples ejemplos de machismo que la ESPN ha revelado esta tarde en un extenso reportaje en el que han participado más de 70 trabajadores de los Suns. Algunos fuera de la empresa, otros todavía con contrato, todos coinciden en lo mismo: «su lugar de trabajo es tóxico y a veces hostil». También la acusan de lenguaje racial. El 30 de octubre de 2016, Sarver presuntamente se dirigió a Draymond Green con la palabra 'N' (el término nigger es un concepto peyorativo racial dirigido a la gente de piel negra, especialmente hacia los afroamericanos). Una expresión que, al parecer, forma parte de su vocabulario más frecuente.

El propietario de los Phoenix Suns niega tajantemente cada una de las acusaciones. Lo hizo por primera vez el pasado 22 de octubre, cuando se olía el reportaje, y lo ha vuelto hacer ahora. Solo admite haber usado la palabra 'N' una vez en una conversación con un jugador que había pronunciado, y que no la ha vuelto a usar desde entonces. El dirigente de 60 años ha puesto el caso en manos de sus abogados, que han emitido un comunicado explicando varios de los casos. Ahí van varios ejemplos. Recalcar la necesidad de tener mujeres escotadas en sus reuniones, comentar con cualquiera cuando y como su esposa le practicaba sexo oral, su talla de condón, incomodar a los jugadores con preguntas sobre su vida erótica e ignorar a las empleadas que no le reían las gracias.

«El nivel de misoginia y racismo va más allá de los límites», expresó un copropietario de los Suns. «Es vergonzoso como propietario», explica un ex ejecutivo de la franquicia que añade: «Literalmente, no hay nada que me puedas decir sobre él desde un punto de vista misógino o racial que me sorprenda». Uno de los empleados interrogados indicó que el ambiente en los Suns llegó a obligarle a visitar a un especialista. «Cuando fui al psicólogo, llené un balde de lágrimas. Y es así con muchos de nosotros. Es simplemente triste»

Las acusaciones también se dirigen a varios de sus trabajadores más fieles. Una mujer que integraba el personal de ventas dijo que un exvicepresidente de los Suns le preguntó una vez con cuántas personas de la organización se acostaba y sobre el tamaño de los genitales de algunos de los hombres. «Fue terrible porque no había tenido interacciones sexuales con nadie (del personal), así que fue muy extraño».

Los más de 70 entrevistados reconocen que mentían las encuestas administradas por el club sobre cómo llevar a cabo la labor para el equipo porque temían represalias. Y es que acusan también a varios de los representantes de Recursos Humanos de ser «una oficina de complicidad» del jefe. Lo reconoce un exempleado del propio departamento. «Odio decirlo».

Sarver es fanático de los Suns desde los 8 años y en 2004 se convirtió en el dueño de la franquicia texana. Natural de Arizona, su fortuna proviene de la banca y el sector inmobiliario y es el propietario también del Real Mallorca de la Primera División española de fútbol y del Phoenix Mercury de la WNBA.

Por el momento, la NBA ha anunciado que abrirá una «investigación exhaustiva» tras el artículo de la ESPN sobre la conducta de Robert Sarver. Mientras en Estados Unidos hablan de escándalo y piden justicia para los trabajadores, pocos protagonistas de la mejor liga del mundo han alzado la voz. Únicamente lo ha hecho Jason Rowley, presidente y director ejecutivo de los Suns, defendió al propietario: «Esta historia es completamente escandalosa y falsa. No representa, en absoluto, al Sarver con el que he trabajado durante 15 años. No es un racista y no es sexista».