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El contador del fin de semana de las estrellas marcha a plena potencia y los egos se resienten. No todos, afortunadamente. Pero ha llamado la atención que emerja una voz en la meca del basket cuestionando, o sería mejor decir relativizando, los méritos de la ... nueva estrella que brilla en el firmamento de la canasta. Era cuestión de tiempo, eso sí, que el aterrizaje de Luka Doncic provocara alguna alteración mental, que se adentrara en el proceloso e imaginario territorio de los celos. Y ha pasado. Tras medirse el campeón, Golden State Warriors, a los 'Mavs' texanos del jugador esloveno y pese a la victoria de los de la bahía sonó un angelical coro de loas, parabienes y expresiones de respeto y admiración hacia el joven de 19 años que jornada sí jornada también se cuela en los vídeos que recopilan lo mejor de la NBA. Pero al tiempo una nota discordante trataba de echar por tierra tal corriente de empatía. La pulsó Kevin Durant.
Poco le importó que otras voces más reconocidas en su franquicia contuvieran sus alabanzas sin buscar dobleces. Su técnico, Steve Kerr, dijo de Doncic que «ya es un All Star». Idea refrendada por Stephen Curry, quien al final del partido buscó al europeo para abrazarse y susurrarle al oído: «No tengo nada que decirte. Sólo que sigas haciéndolo igual». Aunque Dallas perdió, el esloveno destacó con 26 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, días después de haber rozado su primer triple-doble frente a Minnesota cuando aportó 29, 8 y 12. Durant parecía que se alineaba también con los amantes del juego del polivalente campeón de Europa. «Con sus números en su primer año hay que considerarle un All Star». Y después se calzó las botas para meterse en el barro.
Desafinó al relativizar los méritos del 77 de los 'Mavs' «porque ha estado desde los 14 años preparándose y jugando en la segunda mejor liga del mundo (ACB) sin tener la presión y responsabilidad de tener que ir a clase, estudiar y cubrir las actividades que sí han hecho los otros rookies que han pasado por instituto y universidad. Eso le da ventaja». Para qué quieren más. Aunque el comentario posiblemente no pase de cierta salida de tono, ha sido tomado como una afrenta en toda regla y la veda se ha abierto en las redes sociales, que claman a favor de Luka Doncic.
No es Durant una estrella con piel solidaria. Se benefició de que los Warrios rompieron los moldes al incluirle en la consolidación de un equipo casi invencible, lo que le abrió las puertas del cielo ya que en Oklahoma era un rey sin ejército. Quizá se le haya atascado la digestión del reciente recuento parcial de votos populares para la confección de los equipos que se verán las caras en febrero en el All Star del Spectrum Center de Charlotte, sede de la franquicia de Michael Jordan.
Porque en el Oeste, tras la estela rutilante de LeBron James (2.779.812 votos), Doncic es el siguiente jugador más apoyado (2.220.077), por delante incluso de iconos como Stephen Curry, James Harden, Derrick Rose o Paul George. De hecho, saca más de medio millón de 'likes' a Kevin Durant. Y eso le debe reventar al MVP de la pasada final de la NBA.
Ha puesto en tela de juicio, sin conocer su historia, la escolarización en Madrid de Doncic. Ha pasado por alto el sacrificio tremendo que tuvo que hacer él y su familia cuando fue captado por el conjunto blanco. Cambio de país, solo, sin conocer el idioma, algo que sin duda supone otro tipo de presión que puede ser más nociva que el paso por esta High School o aquella universidad cuyos programas deportivos poco menos que le suponen a los mejores atletas una titulación a la carta en una materia en la que nunca ejercerán.
Y es un callo especialmente sensible en leyendas de la NBA como LeBron James y antes Kobe Bryant, dos ejemplos de jugadores que se saltaron su condición universitaria para acceder directamente al Draft de la NBA, aunque desde 2005 existe la norma 'One and Done' que promueve desde la propia patronal de franquicias la necesidad de que los jugadores pasen al menos un año como universitarios antes de presentarse a la 'lotería' para ser seleccionados. Y no sería la primera vez que el propio 'King James' invita a la NBA a fijarse en los modelos europeos de cantera y dejarse de planteamientos tan encorsetados como los de la mejor liga de la galaxia.
Este conato de polémica no empaña la trayectoria de un rookie que, otro apunte para el pique, despidió el partido contra los Warriors con una ejecución sublime del 'step back' para clavar un triple ante los morros de Kevin Durant, aunque los poseedores del anillo tenían el pulso ya ganado. LeBron en el Oeste y Antetokoumpo y Kyrie Irving en el Este son los únicos jugadores con más votos para el All Star que un joven de 19 años que cautiva a la NBA con su don y descaro. Eso es lo sintomático, lo importante, la confirmación de que en poco más de tres meses se ha formado ya otra estrella en el firmamento de la canasta. Se llama Luka Doncic y el 77 es su número mágico.
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