Lo más destacado de la semana en la NBA

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Es una delicia ver jugar a los de Spoelstra. Recuerdan a los Warriors imparables de hace un lustro. Son un equipo. Uno de veradad. Eso que tanto se echa de menos en la NBA. Y no es que les faltan estrellas. En realidad les sobran. Del Big Three al que lo fían todos en LA y Brooklyn se ha pasado al Big Four en Miami. Contra los Mavs de Doncic, hasta cuatro jugadores de los Heat se fueron a 22 puntos o más. Indefendibles. Butler, Herro (que se ha empeñado en demostrar sus declaraciones estivales poniéndose al nivel de Young y Doncic), Adebayo y sobre todo (aunque no siempre se le vea en la estadística) Kyle Lowry. Es el fichaje del año en Florida. El que fue icono de los Raptors campeones ha dejado Toronto y se ha llevado su magia a las soleadas marismas.

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Son el mejor equipo de la NBA. Arrancaron 4-0. Van 6-1. Se divierten y divierten a todo el que les ve, aunque sea de madrugada. Un grupo sólido, con DeMar DeRozan y Zach Lavine como estrellas, que rinde a un altísimo nivel a ambos lados de la cancha. Defienden, que se agradece, y luego salen en estampida. Sangre joven como la de Lonzo Ball y Derrick Jones y el oficio del que siempre quieren en tu equipo, el multiusos Alex Caruso, hacen de Chicago sólido aspirante a play off y quién sabe si a algo más.

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Tiene que ser el año de su confirmación. Tuvo que haber sido el anterior, pero los Sums de Chris Paul y Devin Booker se cruzaron en la carrera al anillo. Quizá esa presión añadida es la que le hace daño a los de Denver. Funcionan cuando Joker está inspirado, el MVP es tres cuartas parte de la franquicia en este momento. Pero el resto, ansiosos, no acaban de conseguir que su talento y esfuerzo produzca un baloncesto eficiente.

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Los Celtics tienen dos jugadores de los que se seguirá hablando años después de que se jubilen. Jayson Tatum (una versión realmente buena de Ben Simons) y Jaylen Brown tienen baloncesto hasta para hacer campeones a los de Boston. El problema es que se han empeñado en hacerlo solos, sin contrar con el resto del equipo. Mejor dicho, contra el resto de su equipo, que empieza a estar cansado de sus Juan Palomos. Smart lo ha dicho en público y nada bueno le pasa a la franquicia más laureada de la historia cuando el bueno de Marcus no está en sintonía.