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Tiene 28 años, pero ya ha esculpido su nombre en el panel histórico del Mundial. Ricky Rubio, superlativo ayer tanto en ataque como en defensa frente a Polonia, el metrónomo que guió a España a sus terceras semifinales, se convirtió en el jugador con más ... asistencias ha realizado en la trayectoria de este torneo intercontinentale. Adelantó a Pablo Prigioni, uno de sus «ídolos», y con los 115 regalos entregados a sus compañeros es el jugador de baloncesto más generoso de los que ha participado en la Copa del mundo. Es joven, por lo que puede construir un registro casi insuperable. Con tres participaciones (Turquía, España y China) suma nueve más el exbase de Baskonia y Real Madrid. «Me lo tomé como un reto muy personal y está siendo un Mundial especial, pero aún no ha pasado nada grande. Para que lo sea se tiene que ganar y esa es nuestra meta», recordó el objetivo de España en este campeonato al que le quedan dos encuentros.
Ricky nunca había alcanzado una semifinal de un Mundial. En Turquía, Serbia, la gran decepción de la edición actual, le taponó el camino en cuartos de final. En España, como anfitriona, la selección se quedó en la misma ronda, con Francia como verdugo. Por fin, el base de El Masnou ha tocado esa cota. «Lo veía con envidia en 2006 (el equipo de Pepu Hernández ganó aquel torneo , y ahora estamos aquí, con muchas ganas y con mucha ilusión», señaló el jugador de los Suns, que durante un tiempo ha estado trabajando con Raúl López, exbase del Bilbao Basket, entre otros equipos. Una de sus misiones era mejorar el tiro de Rubio, el talento precoz del baloncesto español, que debutó en la ACB con catorce años y once meses, de la mano de un maestro como Aito García Reneses, y saltó a la NBA en diciembre de 2011, con solo 21 años.
Para entonces, ya había repartido 46 asistencias en Turquía este jugador que ayer cerró el encuentro con 19 puntos, cinco rebotes, nueve pases que terminaron en canasta, y una valoración de 26, el mejor del partido, por delante de Rudy Fernández, con 20. Fueron los más destacados del encuentro contra Polonia, el duelo que ha colocado en las semifinales a un grupo que tira de casta. «Sabemos que igual no somos el equipo más talentoso del torneo, pero sí que tenemos un corazón enorme que nos ha llevado hasta aquí, y quién sabe...», se queda pensando el barcelonés poco después de culminar la clasificación en el Oriental Sports Center de Shanghái.
Quién sabe... De momento, el siguiente paso será conseguir la clasificación para los Juegos de Tokio. Puede hacerlo hoy si Estados Unidos o Australia superan a Francia o República Checa. Basta con que uno de los europeos se quede sin semifinales que España ya sellaré el pase olímpico. Porque es uno de los mejores y el viernes buscará la final. «No nos confiamos, pero de momento estamos aquí. Habrá días mejores y peores, y ahora cuando solo quedan cuatro equipos es cuestión de pequeños detalles, del que está más concentrado, a veces un poco de suerte... Pero la tienes que buscar. Creo que estamos en el buen cmaino. Hemos demostrado que podemos jugar a un alto nivel. Pero tendremos que hacer un muy buen partido en semifinales».
Australia, un equipo que ya probó la medicina española en el encuentro por el tercer y cuarto puesto de los Juegos de Río, o la República Checa, la gran sorpresa del Mundial, soportada por Tomas Satoransky y Ondrej Balvin, integrante del Bilbao Basket. Uno de estos dos equipos será el oponente de España en el último encuentro antes de la final de un Mundial de China que nació una pizca torcido, pero que se ha enderezado en cuanto ha llegado la hora de la verdad.
Ninguno de los dos posibles oponentes, ni oceánicos ni europeos, han pisado nunca una semifinal de esta competición. La máxima cota australiana es el quinto puesto; es una formación que dispone de varios con experiencia en la NBA. Andrew Bogut (Warriors), Matthew Dellavedova (Cavaliers), Patty Mills (San Antonio Spurs), Joe Ingles (Utah Jazz) y Aron Baynes (Phoenix Suns) son referentes.
Mientras, la República Checa tiene a Satoransky, con pasado en la ACB (Sevilla y Barcelona) y ahora en los Chicago Bulls. Los europeos comenzaron en el Mundial de China contra el ogro, Estados Unidos, que superó el trámite. Pero se recompuso y tumbó a Japón y Turquía para sellar el pase a la segunda fase. Aquí, superó a Brasil y perdió contra Grecia; sin embargo, los helenos no consiguieron los puntos necesarios para continuar en la competición.
Los checos juegan sin presión, ya han alcanzado una cota que ni ellos mismos se esperaban, y eso puede provocar que sean un oponente molesto para Australia, favorito sobre el papel. Lo dicen sus nombres y también el ranking de la FIBA. Los 'aussies' aparecen en la undécima posición -España es segunda por delante de Francia y por detrás de Estados Unidos-, mientras que los europeos son el 24.
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