Un largo camino de vuelta a la final

La 'Familia' está en la segunda final mundialista de su historia. Y lo consigue en un cambio generacional, sin ninguno de los Junior de Oro que fueron campeones en Saitama y liderada por un jovenzuelo que se asomaba en aquella selección a la sombra de su hermano Pau. También Rudy Fernández estuvo a las órdenes de Pepu Hernández hace 13 años. Regresa al grupo tras años apartado de él, en parte, por la lesión de Pau Gasol y por la necesidad de añadir oficiales a un ejército del que desertaron, Sergio Rodríguez, Serge Ibaka (agotado) y un Nikola Mirotic sumido en demasiados cambios de vida.

Parece que fue ayer. Los éxitos siempre se recuerdan cercanos. Aunque el camino de regreso al partido definitivo de un mundial ha sido largo y no excesivamente satisfactorio. En los Juegos, Scariolo ha arañado metal en las últimas oportunidades: plata en Pekin 2008 (con Aíto García Reneses como entrenador) y Londres 2012; bronce en Río 2016. Mas en las Copas del Mundo, ni en Turquía 2010, ni como anfitriones, en 2014, se habían alcanzado las semifinales. Inoportunas lesiones impidieron que España contará al completo con sus dos mejores hornadas de jugadores. La de los Navarro, Calderón, Reyes, Rudy, Rodríguez y Gasol (Pau) completada por los Gasol (Marc), Rubio, Llull, Claver y los aún más jóvenes Hernangómez brothers. Todos ellos más uno de los dos nacionalizados (Mirotic o Ibaka) habrían apalancado las opciones.

En cambio, de Turquía se salió en sexto lugar, con cinco victorias y cuatro derrotas. El podio fue para EE UU (Kevin Durant), Turquía y Lituania. Serbia, verdugo de España en cuartos (92-89) acabó cuarta y Argentina se impuso a los de Scariolo por el quinto puesto, 81-86.

Cuatro años más tarde, Mundobasket en España -con EE UU haciendo las delicias del Bizkaia Arena en la fase previa- Juan Antonio Orenga tomó las riendas de la 'Familia' ante la marcha de Scariolo para entrenar al Baskonia, y la cosa no acabó bien. Un quinto puesto, mejor que el de Turquía, pero con la sensación de no dar el nivel. Se ganaron seis de los siete partidos disputados. Solo se pinchó contra Francia, 65-52, en cuartos. La conclusión, no obstante, fue negativa. El oro se lo colgó una vez más EE UU (Kyre Irving), seguida de Francia (esa es la espinita que se quieren sacar ahora) y Lituania. Cuarta fue Serbia.

La historia puede ser reescrita este domingo. Un segundo oro mundial, una medalla que sumar a las tres platas olímpicas (Los Ángeles, Pekín y Londres), el bronce de Río, el Mundobasket de Japón, los tres oros (2009, 2011, 2015), las seis platas (1935, 1973, 1983, 1999, 2003, 2007) y los cuatro bronces continentales (1991, 2001, 2013, 2017).