«Como jugador he intentado aprender mucho de Mumbrú»

- Qué extraño sigue siendo todo.

- Muy raro, pasa el tiempo y seguimos sin acostumbrarnos. Quizá nosotros estamos más aislados, podemos viajar, practicar deporte. Ojalá esta situación se resuelva pronto porque se está haciendo ya muy complicada para la gente.

- En el día a día la rutina no ha variado mucho, pero en los partidos...

- Es muy complicado jugar sin público. Ha habido partidos en Europa con gente en el pabellón y casi te superaba la situación, porque lo que debería ser normal nos parecía extraño. Verlo te da pie a la esperanza pero todos debemos poner de nuestra parte y llevar a rajatabla todo lo que implica nuestra seguridad.

- ¿Se sienten en peligro cuando sucede eso?

- Hay un riesgo, pero lo que está en nuestra mano lo cumplimos al cien por ciento. Nosotros tuvimos un partido aplazado porque un equipo ruso no pudo venir porque tenía ocho contagiados y cuando fuimos a jugar allí vimos que no era obligatorio el uso de la mascarilla por la calle. Y entonces entiendes por qué hay equipos con tantos positivos.

- Empezaron con tres victorias y diez derrotas.

- La Liga ACB es muy competitiva, los equipos se refuerzan mejor cada año. No esperábamos estar en la parte baja pero empezamos con mal pie, hicimos cambios y ahora parece que hemos encontrado el camino con el nuevo entrenador y queremos seguir en esta dinámica. Tenemos equipo y entrenador suficientes.

- ¿Qué corrigieron?

- No somos robots. Queríamos cambiar las cosas pero no nos salían. Se hablaba mucho de nuestra defensa, de que recibíamos muchos puntos. Jugamos mucho en transición, con ataques rápidos, lo que quiere decir que le damos muchas posesiones al rival porque las nuestras son cortas. Hemos corregido esa defensa y se ven los resultados.

- ¿Ve algún motivo a tanta lesión que asola la ACB?

- Si tuviese la respuesta no se lesionaría nadie. Hay factores que no puedes controlar. En fases de no entrenamiento, como con el confinamiento, puede haber más riesgo. Ahora con partidos aplazados tienes que seguir entrenando sin descanso. Y luego poner de tu parte en el descanso y el cuidado de tu cuerpo.

- En el confinamiento se fueron compañeros. ¿Se sintieron traicionados?

- Cada uno tiene su vida y no hay que olvidar que estamos en una pandemia. Cada uno prioriza según cree que es lo correcto. No me puedo meter en lo que hacen mis compañeros.

- Les espera un partido vital mañana, aunque aún reste prácticamente la segunda vuelta.

- Es muy complicado. Venimos de distintas dinámicas, pero aunque suena a obviedad los partidos empiezan cero a cero. Tengo mucho respeto por Bilbao. Respeto y admiro a Mumbrú. Como jugador he intentado aprender mucho de él, y como entrenador transmite, es muy cercano a los jugadores y está haciendo un buen trabajo en Bilbao.

- ¿Les motiva el recuerdo del repaso que le dieron al RETAbet en su cancha?

- Para nada, no tiene nada que ver. Nos motiva querer vernos arriba en la clasificación y hablamos de un partido contra un rival directo. Cómo ganamos aquí no significa nada para lo que pueda pasar allí. Va a depender de nosotros, de cómo salgamos, de no desviarnos de la línea que estamos trazando hacia arriba.

- Los equipos de la zona baja son flanes en los finales ajustados.

- A nadie le gusta perder y menos en los últimos momentos por despistes o desconexiones. Es algo en lo que hemos mejorado, mantenemos la calma y seguimos haciendo nuestro juego en finales apretados. Antes íbamos diez arriba y nos poníamos nerviosos. Eso no puede ser.

- ¿Qué partido prevé?

- Estará muy igualado. Somos conscientes de que el que gane puede dar un paso importante hacia arriba. Los dos queremos darlo. Bilbao en casa sale muy fuerte y trataremos de tener alguna ventaja porque en finales ajustados Bilbao se crece en casa y sabe encontrar sus momentos, con jugadores veteranos que saben llevar el partido. Debemos salir con mentalidad ganadora.

- Miribilla vacío, se le hará raro.

- Mi primera visita fue hace mucho, en el segundo o tercer partido que subía con el Real Madrid. Me quedé sorprendido por cómo aprieta la afición y, sobre todo, por esos tiros libres que gritan 'Llull, Llull'. Es una afición que te transmite una presión. Personalmente me gusta porque esos ambientes te obligan a mejorar como jugador.