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Tuve la suerte de verle en directo. Era en 1999, y Pau Gasol se proclamaba campeón del mundo junior en Lisboa. Me había hablado de él Aíto García Reneses, su responsable deportivo en los primeros años de su carrera. Su físico era totalmente diferente al ... de los jugadores mediterráneos, parecía mas un balcánico o quizás un lituano. La mano del entrenador, como en el caso de Rudy Fernández y Ricky Rubio, dio forma a sus primeros años como jugador. Sobre esa base y una familia bien estructurada se forjó la figura de Pau Gasol.
Muy joven se nos fue para iniciar una carrera profesional en NBA que, como jugador europeo, solo han igualado el legendario Arvydas Sabonis y Dirk Nowitzki. El alemán y nuestro jugador no solo han demostrado un talento capaz de competir en un deporte descaradamente ideado para la raza negra, sino que han mostrado al mundo una forma de ser típicamente europea: discreta, estable y siempre ejemplar.
Estoy seguro que a Pau no todo le habrá sido tan fácil como a primera vista aparenta. Sé de algún percance económico cuando todavía su salario no era tan tranquilizador como en el presente; los cambios de equipo, las lesiones... Nada ha perturbado sus propósitos. Su último empeño deportivo fue jugar los Juegos Olímpicos de Tokio y lo consiguió. Y no como premio a su trayectoria sino como valor real del combinado español. ¡Que torpe estuvo la Federación Española de Baloncesto no dando a sus últimos momentos de jugador el realce que sin duda habría merecido! El caso no es único. Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes son dos ejemplos del mismo desagradecimiento. Pau, como todos los jugadores, será olvidado a los pocos meses de dejar de jugar, los medios solo tratan sobre los vivos, ¡el deporte profesional es tan efímero! En un año el jugador solo será un recuerdo.
Pau, como su amigo el tenista Nadal o el propio Piqué, son deportistas que piensan en su nueva vida con anticipación, saben de la caducidad de su carrera deportiva. El pívot seguirá siendo miembro activo de nuestra sociedad. Deseo que su matrimonio con una ciudadana americana no le obligue a montar su vida en tan atractivo y lejano país. El baloncesto, quizás por la falta de preparación de los practicantes, no consigue que los jugadores una vez retirados sean miembros activos de la clase dirigente del deporte nacional. Pau tiene todo para seguir trabajando para nuestra sociedad con el mismo éxito que lo ha hecho como jugador. Sin haber cruzado jamás una palabra con él, le profeso un gran cariño y agradecimiento.
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