![Campazzo y Ayón marcan el ritmo](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201905/19/media/cortadas/ala-ayon-kSqC-U80247503270kxG-624x385@El%20Correo.jpg)
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Incluso en los contextos más exigentes, como la Final Four, el baloncesto a veces se reduce a lo más simple. Y eso se resume en que para ganar hay que encestar más que el rival. El que meta un punto más se lleva el ... triunfo. Aunque todo lo demás es una ayuda indudable para ello. Un camino sólido, firme, pero que no lleva a nada si no se complementa con el acierto. Real Madrid y Fenerbahce caminaron durante buena parte del choque por el sendero correcto, pero sólo los blancos encontraron los puntos cuando tocaba.
El marcador, con una ventaja final para los de Laso de diecinueve puntos, refleja, de una manera un tanto excesiva, la consistencia de unos y otros. Salvo en el segundo parcial, el Real Madrid mostró una regularidad absoluta hacia el aro del Fenerbahce. De lejos, con un nada desdeñable 52,4%, pero sobre todo de cerca, liderados por un Ayón impecable en la pintura.
Cosas del baloncesto, el mexicano sólo falló cuando se asomó a la línea de personal. Es más, su 1 de 4 en los tiros libres contrasta de manera notable con el pleno en tiros de dos. Anotó los once que lanzó, sin fallo. Pura precisión. Eso, sumado a los once rebotes que cogió, siete de ellos bajo su aro, le convirtieron en el jugador más valorado del choque (36). Lejos de parecer un partido intrascendente, ambos se empeñaron en terminar con una victoria. Ya puestos a jugar, nadie quería terminar la Final Four con dos derrotas.
Fenerbahce
Green (4), Guduric (11), Guler (4), Kalinic (8) y Duverioglu (4) -quinteto inicial-. Melli (7), Mahmutoglu (14), Biberovic (-), Sloukas (17), Arna (0) y Vesely (6).
75
-
94
Real Madrid
Campazzo (12), Carroll (8) Rudy Fernández (6), Reyes (6) y Ayón (23). -quinteto inicial-. Causeur (13), Yusta (2), Tavares (2), Llull (4), Deck (3), Prepelic (3) y Thompkins ().
Parciales. 16-24, 24-14, 23-31 y 12-2.
Árbitros. Boltauzer (Eslovenia), Rocha (Portugal) y Difallah (Francia). Eliminado: Guduric.
Incidencias. Partido por el tercer y cuarto puesto de la Final Four de la Euroliga 2019, disputado en el Fernando Buesa Arena de Vitoria. 12.866 espectadores.
Para ello el Real Madrid necesita del manejo de Campazzo. El Facu ha manejado en la fase decisiva el timonel blanco. Pero tenía ganas de resarcirse con una alegría coral tras no poder hacerlo en semifinales, donde fue uno de los mejores. Y, ya puestos, por qué no hacerlo con un récord bajo el brazo. No de valoración —hasta los 34 se fue—, pero sí de asistencias. Dio 15. Nadie nunca había dado más en la Final Four. Entre él y Ayón, base y pívot, llevaron al Madrid a un tercer puesto que les quita algo de amargor.
Como, aunque sea un partido oficial, nadie quiere arriesgar en exceso, los técnicos aprovecharon para dar minutos a secundarios. Laso sentó mucho a Tavares y dio galones a un Reyes que salió de inicio. Obradovic, que también piensa en el play off de la liga turca, dejó descansar a Vesely, que jugó escasos minutos, y a Muhammed, que ni se vistió de corto. Pero no pudo evitar la dura lesión de Erick Green, que se marchó en camilla con el tendón de aquiles roto. Se quejaron al final los blancos por la existencia de un partido como este, a su juicio innecesario.
En el arranque, sólo Kalinic se mostró capaz de hacer frente a la asociación de Campazzo con los dos interiores, Ayón y Reyes. El argentino distribuía y las dos torres remataban. Eso, sumado al acierto desde lejos impulsó a los de Laso a una diferencia de trece puntos (9-22) cerca del final del primer parcial.
El Real Madrid jugaba mejor, pero el Fenerbahce resistía. Sólo era cuestión de que apareciesen algunos de los titulares —Sloukas manejó con sumo atino a su equipo— para que los turcos se acercasen e incluso aprovechasen un parcial de 8-0 para ponerse por delante. Llegaron dos arriba al descanso, pero todo estaba abierto.
Ayón seguía con su dominio en la zona, pero los turcos se agarraban al marcador, liderados por los puntos de Sloukas y la aportación ofensiva de algunos de los secundarios. Todo con la ayuda de un Real Madrid reincidente en la protesta que tanto le penalizó contra el CSKA. La ventaja de seis con la que llegaban los blancos no parecía definitiva, pero lo más básico, el acierto, desequilibró la balanza al final. El Fenerbahce se pasó más de seis minutos sin anotar en el último cuarto. El Real Madrid, sin brillar pero constate, se anotó un 0-15 de parcial y puso tierra de por medio. Para cuando llegó la reacción turca, los blancos celebraban una victoria edificada en la constancia bajo ambos aros.
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