Los primeros extranjeros
Campo atrás ·
El Baskonia ha tenido más de doscientos jugadores 'americanos', la mayoría determinantes para conseguir sus éxitos deportivos. El primero fue Phil Tollestrup y el último Nik Stauskas, los dos canadiensesSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Campo atrás ·
El Baskonia ha tenido más de doscientos jugadores 'americanos', la mayoría determinantes para conseguir sus éxitos deportivos. El primero fue Phil Tollestrup y el último Nik Stauskas, los dos canadiensesSuman 232, jugador arriba o abajo, los extranjeros que han jugado en el Baskonia. Los 'americanos', nombre inclusivo para todos los fichajes procedentes de fuera, han sido determinantes en su mayoría para conseguir los objetivos en las diferentes etapas del conjunto azulgrana. Sobre la ... cancha eran antropológicamente superiores, más rápidos, más precisos y dotados de una mayor técnica y al mismo tiempo, queridos y extraños entre la multitud, deslocalizados y a veces vulnerables dentro de una cultura distinta. De los 143 jugadores 'americanos' que han pasado por la capital alavesa, el primero y el último tienenla misma nacionalidad: los canadienses Phil Tollestrup y Nik Stauskas.
El jugador de Raymond llegó a Vitoria en 1973, pero no fue el primer extranjero del baloncesto alavés. El honor correspondió a Leroy Johnson, un alero de Mishawaka (Indiana) que llegó desde Francia, realizó un par de entrenamientos y se largó dejando tirado al Kas. Pepe Laso insistió en la contratación de un 'americano' para el segundo año en Primera División. No confiaba en repetir el milagro de la permanencia sin su concurso. A pesar de que un jugador foráneo era prohibitivo para el club, se lanzaron a la búsqueda de uno bueno, bonito, barato y blanco. La razón se sustentaba en la creencia de que el jugador afroamericano tenía un comportamiento y cultura tan distintas a la vitoriana que suponía una adaptación más lenta y difícil al equipo, al entrenador y a la ciudad. Antonio Díaz Miguel señaló al elegido. Un jugador blanco canadiense, de 24 años, internacional, formado en la universidad Brigham Young de Utah, mormón y casado: Phil Tollestrup.
Firmó el primer contrato en inglés de la historia baskonista. Desde el inicio gustó al club y a los aficionados. Juan Pinedo, base del equipo, recuerda que «era un jugador muy fino, estilista, buen tirador, gran anotador… Nos sirvió perfectamente». Nadie en la plantilla hablaba inglés. El único que lo chapurreaba era Carlos Luquero por lo que el pívot baskonista se convirtió en la embajada vitoriana de los jugadores foráneos. «Phil estaba esperando un niño. El apartamento que le puso el club en la plaza de la Constitución carecía de lavadora, friegaplatos, no tenía nada de nada, por lo que prácticamente vivían en mi casa. Incluso, mi mujer les hacía hasta la compra. Su despensa se llenó de todo tipo de alimentos que no habían probado en la vida. Sólo habían comido chuletas de cerdo y hamburguesas. La comida les integró mucho. En navidades descubrieron las angulas, que por entonces eran asequibles, las cigalas y el solomillo. Phil adoraba todo aquello, pero su mujer no lo acababa de encajar. En un momento de la cena descorchamos una botella de champán con tan mala suerte que una gota del espumoso cayó sobre el labio de la esposa de Phil. La cena se terminó en ese momento. Nos acusó de que el alcohol había ultrajado su cuerpo. Un lío descomunal».
Ella terminó por volverse a Utah con el niño, pero Tollestrup se quedó a cumplir el contrato. «Sin la mujer, Phil se relajó. Recuerdo que se aficionó al marisco, concretamente a las ostras -relata Luquero-. Un día, en Lugo, pedimos media docena de ostras. El canadiense se las comió todas y ordenó otras tres docenas. Se puso morado». Pinedo precisa. «Era un buen tío, algo introvertido y sin demasiada ambición. Le gustaba vivir bien y aquí pudo hacerlo». En realidad hay tres primeros americanos en el Baskonia: el cronológico, el estadounidense y el afroamericano.
El primer yanqui fue Ray Price. 'The Machine' nació en Costa Mesa (California), jugó a las órdenes de Tex Winters y aterrizó en España para probar junto a Randy Knowles con el Barça. Sólo uno conseguiría el contrato. El Baskonia, avispado, envío a Pepe Laso a Barcelona para fichar al jugador que quedase descartado. «Era un ejecutor. Muy buen jugador y enorme anotador, pero el 'Juan Palomo' del baloncesto. Si cogía el rebote, él mismo la subía y tiraba a canasta». Luquero, al que Price llamaba segundo americano, no comulgó demasiado con la personalidad del californiano. «Era el típico americano que piensa que el resto es basura. Muy egoísta dentro y fuera de la cancha. Fíjate. Solíamos quedar a tomar una cerveza y una salchicha después de entrenar. Cada día pagaba uno la ronda. Pues bien, el primer día cuando se enteró de que no iba a pagar se zampó ocho salchichas». Juan Pinedo conserva la misma impresión de Price. «Era un atleta, muy fuerte y a pesar de no tener demasiada técnica, hacía de todo en la pista. Cuando acababa la competición de baloncesto se iba a Estados Unidos a jugar al béisbol. Se tiraba la mitad de los tiros del equipo». Una noche dejó un récord de anotación en el Baskonia, 54 puntos. «Muy egoísta. En los viajes largos nos concentrábamos en un hotel donde comíamos y echábamos la siesta. Para comer, Pepe Laso siempre nos distribuía en mesas de cuatro a las que les correspondía una botella de Paternina banda azul. Eso era como un vaso y medio de vino para cada uno. Pues bien, Price bajaba cinco minutos antes de la comida y se bebía media botella. Luego con toda naturalidad se sentaba a comer y exigía su parte en el reparto de lo que quedaba». Price terminó su año en Vitoria como máximo anotador de la liga con una media de 32 puntos.
El tercer americano fue Calvin Chapman. El Baskonia no llegó un acuerdo con Price y peinó el mercado en busca de sustituto. Formado en la universidad de Uconn, Calvin Chapman jugaba en el Carad belga. Llegó casi en la previa de comenzar la liga. Juan Pinedo lo explica: «como cobraba bastante, lo ficharon unos días antes antes de comenzar». El primer día tuvo su miga. Luquero sonríe: «se presentó en Mendizorroza luciendo un gigantesco peinado afro y con un no menos enorme radiocassette en el hombro. Imagina la cara de todos». «Era el mejor de los tres -continúa Pinedo-, muy buen anotador y poseedor de un salto increíble. Nada más llegar anotó 35 puntos en el primer encuentro en Hospitalet». Calvin Chapman fue el primer jugador de raza negra para el cuadro vitoriano, aunque negro del todo no era. «Era café con leche y me decía: 'Carlos, soy blanco entre los negros y negro entre los blancos'. Cobraba creo que unas 600 pesetas por entrenamiento y el doble en los partidos».
Nada más llegar, Chapman tuvo un buen susto. Fue en el primer partido en Mendizorroza de la temporada 1975-76. Al descanso del encuentro frente al Náutico de Tenerife, los agentes del orden público irrumpieron en el polideportivo para ordenar el desalojo debido a un aviso de bomba. Todos, aficionados y jugadores vestidos solo con la equipación de juego, esperaron la reanudación ateridos de frío en la plaza de Amadeo Salazar durante 40 minutos. Esta falsa alarma marcó de alguna manera a Chapman. Su chica, una imponente alta y rubia belga, no volvió a Mendizorroza y según cuenta Juan Pinedo, «la dejaba encerrada con llave en el apartamento en el que vivían de la calle General Álava». También, añade Luquero, «compró un dóberman que la acompañaba a todas partes, supongo que por temor a que la secuestraran o algo». A pesar de la desconfianza, Chapman se integró de maravilla con sus compañeros. Hablaba castellano y «jugaba al mus y fumaba puros». «Al mus hacía trampas, contaba mal a posta -ríe Carlos Luquero-. Nos enseñó a jugar al Black Jack..., ese que hay que contar 21». Calvin Chapman acabó en la cuarta posición de los anotadores de Primera, con 25,6 puntos por partido, y eso que estuvo lesionado. Con él se consiguió la permanencia y la primera victoria en Badalona con 34 puntos del pívot de West Haven, los dos últimos sobre la bocina.
Álava estaba en pleno apogeo baloncestista. Con un equipo consolidado en Primera, una afición entregada y un par de magníficas instalaciones cubiertas solo quedaba impulsar una escuela de entrenadores y el baloncesto femenino. Pero esas serán otras historias...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.