El primer equipo femenino de Álava en la elite

Los contactos se focalizaron en centros educativos femeninos, empresas y clubes. Las escuelas corrieron a cargo del Medina, dirigido por Marisa Cereceda, una de las pioneras. La Federación, con José María Valdecantos al frente, se responsabilizó de empresas y clubes. Uno de los primeros en recibir la llamada fue el Vasconia. Enseguida 'Molo', Javier López de Guereñu, colaborador de la Federación, se dispuso con ilusión a formar un equipo femenino. Por desgracia, nunca lo vería jugar. Murió aquel verano en un accidente de circulación. Pero el equipo se formó. Para el recuerdo de 'Molo' y para la historia queda aquel primer y único Vasconia femenino que jugó dos temporadas.

La refundación del campeonato alavés se inició en las canchas del Estadio y de la Escuela de Mandos de la calle Castilla, el sábado 23 de noviembre, entonces con diez equipos en liza: Medina, Comercio, Magisterio 'Nuestra señora de Estíbaliz', Prentice, Diana, Kirchs, Medina, Magisterio, Vasconia, Sagrado Corazón y Telefónica. Comercio se proclamó campeón y por lo tanto con derecho a ascender a primera previo paso por el sector de San Sebastián. No tuvieron suerte ni juego. Cayeron derrotadas por el Medina de San Sebastián, el Landachueta de Bilbao y el ENEFF de Pamplona. Sólo pudieron derrotar al CREFF riojano por 27 a 23 y evitar la última posición.

El salto cualitativo para el baloncesto femenino se produjo en la siguiente temporada, la 1969/70, cuando el C.D. Vitoria aprovechó su 25 aniversario para abrir su división femenina. Vicente Elejalde, enorme gestor humano, convenció a varias jóvenes para engrosar aquel primer Vitoria femenino de baloncesto. Entre otras, Charo de Andrés, Pili, Katy Lyria, Pepa Moraza, Cheles, Maria Luisa Osaba y Felichu de Andrés. Antonio Ansuátegui fue el encargado de iniciar los entrenamientos. Le sucedieron Chema 'Veneno' Arana y José Ramón Moraza, hermano de Pepa, que ayudado por Enrique Oroz dirigieron al equipo durante el campeonato alavés. Varios jugadores de los dos equipos de Tercera masculinos, Vasconia y Vitoria, se dispusieron a entrenar equipos femeninos por lo que el nivel de preparación ascendió. «Entrenábamos muchísimo» -recuerda Charo de Andrés- «pero fue nuestra vida. Hasta los 19 años no existían los chicos, no existía el baile, no existía nada más que el baloncesto. Era nuestra pasión».

El Vitoria femenino se completó después con una jugadora norteamericana, la primera foránea del baloncesto alavés. De alguna manera, Vicente Elejalde llegó hasta un ingeniero de la central nuclear de Garoña, John Nichols, cuya mujer Martha jugaba a baloncesto. Enseguida acordaron la incorporación de la americana para redondear un equipo que resultó imbatible. El uniforme lo confeccionó Cortedís, patrocinador principal, y Elejalde se encargó de que las chicas calzaran un par de zapatillas John Smith. Los tiempos de faldas hasta la rodilla llegaban a su fin. «Eran demasiado largas. Así que decidimos acortarlas. No nos veíamos nada femeninas. Cambiamos el bombacho y la falda por el pantalón corto y bastante corto tengo que decir», ríe De Andrés.

El equipo completó un campeonato prácticamente perfecto. Sólo hubo un debe: «Areitio era nuestro mayor enemigo. Siempre les ganábamos, pero nunca nos felicitaban. Entonces, decidimos darles una lección. Nos íbamos a dejar perder. Éramos líderes destacadas por lo que no peligraba la clasificación. En efecto, el Areitio nos ganó y al terminar el partido acudimos todas a darles la mano y la enhorabuena. Fue el único partido que perdimos». Telefónica, Fournier, Magisterio 'Nuestra Señora de Estíbaliz', Diana, Medina, Aprendiz, CD Vasconia-Cervezas El Águila y el Somosierra completaron la la clasificación.

Desde la inauguración del polideportivo de Mendizorroza, el año anterior, Vitoria era la sede norte de casi todo donde se necesitaba un par de canastas. Pero la Federación Española resolvió que los ascensos se determinarían mediante un enfrentamiento directo en eliminatorias. El Cortedís Vitoria se emparejó con el Landachueta vizcaíno.

El primer partido duró cuatro días. En la ida, en Indautxu, en el minuto 16 descargó una enorme tromba de agua. El resultado favorecía a las alavesas por 6 a 9. El partido se tuvo que aplazar. Cuatro días después se volvierona citar para cerrar un ajustado 27 a 30 a favor de las vitorianas. El partido de vuelta, al día siguiente. Otra victoria alavesa, esta vez por un punto, 40 a 39. Vitoria y Álava conseguían el ascenso a la máxima categoría del baloncesto nacional, por primera vez desde que existía Federación. Un hito que se repetiría en dos ocasiones. En 1992 con el Eroski y en 2016 con el actual Araski. Al contrario que ellos, el C.D. Vitoria nunca disputó un minuto en primera. No hubo dinero.

La época de 1967 a 1970 se puede calificar de efervescente. Además del ascenso femenino, se produjeron las inauguraciones de Mendizorroza y Landázuri, el Kas se fue a Bilbao, el C.D .Vitoria cumplió sus bodas de plata y el Vasconia se erigió en el representante de la provincia con el ascenso a Segunda. También arrancaba la generación de aquel San Viator arrollador y la provincia comienza a funcionar con la fundación de clubes como el Deportivo Echevarría Hermanos, con un polideportivo en Murguia como sede principal o el Vidrala de Llodio. Que no se nos olvide la puesta de largo CB Independiente, que ganaba su primer campeonato al salir a competición para emprender una trayectoria que le convertirá en el equipo más longevo del baloncesto provincial sólo por detrás de Baskonia, pero esa será otra historia...