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Javier Añua se decidió por el baloncesto tras una primera toma de contacto con el Sphaira. Reunió a varios jugadores de su colegio, Corazonistas, y convenció a otros efectivos del CD Vitoria y San José para formar un equipo que fuera puntero. Sus ... padres, Paco Añua y Manola Crespo, regentaban la tienda Electrodomésticos de la calle Diputación, firma que patrocinó a esta incipiente escuadra. La familia Añua era la distribuidora oficial de la marca Philips y con ese nombre el equipo de Javier venció en su estreno al San Fernando por 40-25. Era el 22 de enero de 1954. No lo sabían ellos aún, pero los Galíndez, Cobas, Bazán, Bergareche, Larrea, Añua, Álvarez de Arcaya, Andrés y Sarasola iban a formar una dinastía que lo ganó todo en Álava y representó al territorio en los torneos nacionales.
La primera experiencia se desarrolló en el Frontón Euskalduna de Bilbao en 1954. El neófito conjunto del Philips se encontró de bruces con la cruda realidad. El nivel era muy alto, con formaciones como el Arlanza de Burgos, en la que jugaba el magnífico panameño Publio Vázquez, que «anotaba de lejos y de cerca, con la derecha y con la izquierda y otras con efectos tan sorprendentes que arrancaban grandes ovaciones del publico». O El Frente de Juventudes de Santander, el mejor equipo y cuna del baloncesto de la zona norte, o el emergente Águilas de Bilbao, aún sin Emiliano, pero con los hermanos filipinos Arnáez, que con su manera particular de practicar el baloncesto marcaban la diferencia. La consecuencia: el Philips no ganó ni un encuentro.
La Federación Alavesa se marcó como objetivo ascender a Segunda División. Por ello, en el segundo año de competición, la capital alavesa fue sede del sector. En el Frontón Vitoriano se citaron tres equipos: el Philips, el Argaray de Pamplona y el Sícoris de Lérida, un club con solera y buena estructura deportiva. Al ser impares, la federación completó el sector con una selección local que sirvió de sparring para la formación que descansaba en cada jornada. El Philips volvió a perder todos los partidos.
Por tanto, había que elevar el nivel del baloncesto alavés. La Federación Alavesa, con Pérez Trincado como presidente saliente y con Sanchiz Bueno en calidad de presidente entrante, se volcó en la organización de amistosos internacionales para la selección provincial. Se escogieron equipos de cierto nivel procedentes de la zona sur de Francia, como el Nautique de Bayona, Elan Baucalais, Nautique de Bayonne, Olympique y Jean D'Arc de Biarriz y Cheminots de Poitiers, cuyos partidos despertaron el interés de los jóvenes vitorianos por el baloncesto. En la temporada 1955-56 se inscribieron 13 equipos, todo un récord en el campeonato alavés. El Philips volvió a vencer y el sector se celebró otra vez en Vitoria. No se podía fallar por tercera vez. Repitieron en la pugna el Argaray de Pamplona y el Sícoris de Lérida. El cuarto clasificado y primer rival alavés fue el Barco de Orense. Llegó la primera victoria, por 38 a 24, y con ella la segunda y también la tercera frente al Sícoris por 41 a 38. Y ante el Argaray por 39-35. Al fin, el Philips optaba al ascenso a Segunda División.
La fase final del campeonato de España de Tercera se celebró, como todas, en el Frontón Fiesta Alegre de Madrid. El Philips se la jugó frente al Empresa Nacional Bazán de Cartagena el 8 de abril de 1956. Veintiún puntos de diferencia para los vitorianos y el ascenso al tercer escalón del baloncesto nacional.
En la temporada 1956-57, el Philips volvió a ganar la competición regional y jugó el sector de ascenso a Primera en la Piscina Deportiva de Valladolid. Allí aguardaban el temible Náutico de Tenerife, el sempiterno Arlanza de Burgos y el gran conjunto del Águilas de Valladolid. El torneo tenía una dificultad añadida: el equipo que quedara último perdería la categoría y su federación también descendería. El Philips ganó sin problemas a tinerfeños y vallisoletanos, y en el tercer duelo también se deshizo del Arlanza por 88-56. Categoría salvada.
El conjunto vitoriano no se inscribió la siguiente temporada porque Javier Añua tuvo que cumplir el servicio militar, pero sí lo hizo el CD Vitoria, que logró la primera plaza y el pasaporte al Frontón Euskal Jai de Pamplona. Terminó tercero en el sector tras Argaray y Celeste de Lugo, y por delante del Club Ciclista Burgalés.
Así se llega a la última campaña de vida del Philips. Ganó el campeonato de Álava por quinta vez y disputó el sector de Burgos en abril. En el frontón cubierto de la Ciudad Deportiva 2 de mayo, con poca luz y balones excesivamente vivos, los vitorianos pudieron con el Universidad Laboral de Zamora y el Club Manchego de Ciudad Real. La fase final de ascenso a Primera estaba a un partido, que jugó frente al Club Ciclista Burgalés. Los locales, ayudados por Josean Gasca que cumplía el servicio militar, perdieron 35 a 59.
Este fue el último encuentro de Javier Añua como jugador y del Philips como club. Aunque no ascendió de categoría, la Federación Española invitó a la Alavesa a participar en la liga de clubes de Primera. Entonces, en el territorio había 82 fichas masculinas y 19 femeninas. Todo un éxito de la época. Pero quedaban dos retos: otra instalación cubierta y más entrenadores.
Sin embargo, desde Estados Unidos llegó a Vitoria un hombre con un carro lleno de cajas con películas de baloncesto, pero esa es otra historia…
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