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Agua y aire confluyen a menudo en Álava. Por ejemplo, Landázuri pasó de piscina a cancha de baloncesto. La selección española inauguró el basket en el Estadio aprovechando los campeonatos de España de natación. Incluso, en el torneo alavés, hubo en su día un ... equipo del CN Judizmendi, uno de los clubes más antiguos. Su fundador fue Patxi Martínez de Lecea, que es tío abuelo del internacional Iker Iturbe, y curiosamente su participación resultó crucial para el despegue del baloncesto de élite en Álava.
En 1963 la competición de Segunda se convirtió en una liga exclusivamente vasco-navarra, lo que supuso más equipos, más partidos y más desplazamientos. El CD Vitoria, económicamente famélico, se tuvo que apartar. Javier Añua, entrenador y director técnico del club, se encargó de encontrar una solución de continuidad. Nada más llegar de concentración de la selección juvenil española (era asistente de Pepe Laso) contactó con Patxi Martínez de Lecea, que convenció a la junta del Club Natación Vitoria para suceder al Club Deportivo Vitoria.
El baloncesto nunca será un negocio boyante si se busca la elite. En la primera temporada, el Natación no consiguió buenos resultados y tuvo que asumir un deficit de 31.000 pesetas. A pesar de los números, la junta accedió a una segunda temporada. El equipo se inscribió en la Copa del Generalísimo y eso podía eliminar las pérdidas. Añua tiró de los contactos que hizo en Madrid para montar un equipo competitivo. Convenció a Pepe Laso y a Ángel Serrano para formar el trío mágico con Jesús Llano. Aquel Natación impenitente vapuleaba rivales endosándoles tanteadores centenarios como el tremendo 124 a 63 frente al Patronato de Bilbao. No perdieron un sólo partido en la liga 64/65.
Pepe Laso tenía ritmo, visión y una lectura de juego muy superior a la categoría, un base puro. Atraía a medio equipo rival y abría enormes espacios a sus compañeros. El principal beneficiado fue Ángel Serrano, un alero atlético con gran capacidad de salto, tiro y rapidez. El trío se completaba bajo los aros con el imponente Jesús Llano. Pívot internacional de apenas 1,90 pero con una envergadura de 2.05, 100 kilos incansables y especialista en el rebote ofensivo. Letal con el gancho, desde cualquier distancia y con ambas manos.
El punto álgido fue la clasificación para la fase final de la copa. Superó tres rondas. Real Sociedad, Atlético San Sebastian y el histórico partido contra el Águilas de Díaz Miguel. Fue un partido perfecto, para la historia, 87 a 61. El ascenso a primera se olía en el Frontón. Nada más lejos. La muesca se tornó grieta. A la salida del partido, Díaz Miguel fichó a Pepe Laso: «El jugador vitorianista que ayer se enfrentó al equipo bilbaíno, el domingo actuará con la camiseta del Aguilas-Schuss frente a Estudiantes. ¿Qué cómo ha sido tal fichaje? ¡Ah! son misterios de las embajadas directivas».
Llano, con el permiso de Serrano, se echó el equipo a la espalda. Vencieron en el sector de San Sebastián al Agroman de Madrid, a la UD Mongat y al Alimentos Porta de Huesca. El equipo parecía entero y el ascenso estaba a sólo tres partidos en Madrid: Hospitalet, Sevilla y FC Barcelona. Pero el Natación se quebró. Llegaron las tres primeras derrotas. Seguidas. Sin opciones. No obstante aún quedaba una carta por jugar. La promoción frente al penúltimo clasificado de primera división. La revancha. El Águilas.
El primer partido en el Frontón terminó con otra buena victoria alavesa por 93 a 78. Serrano y Llano fueron los estiletes ofensivos en un partido en el que los vizcaínos no supieron contener las personales. Se obtuvieron quince optimistas puntos de ventaja. Seguro que la historia hubiese cambiado de haberse jugado la vuelta inmediatamente. Pero no, el Natación tenía que jugar la fase final de la Copa en Salamanca. Mientras los bilbaínos entrenaban y preparaban una encerrona, el Natación, sin Llano, perdía frente por 45 y 50 puntos frente al Joventut y el Picadero respectivamente. Sólo pudo vencer al Estudiantes de Vigo para terminar en 7º posición en la Copa de 1964. Sin tiempo para descansar, con un equipo muy mermado y sin Jesús Llano, el Natación se desplazó a Bilbao, acompañado por gran cantidad de aficionados. El Águilas, cuya cancha estaba en Guernica, jugó aquel partido en una abarrotada Feria de Muestras. La renta de 15 puntos se diluyó a las primeras de cambio. Para el minuto 15 el cuadro local vencía por 29 a 13 y ya la escuadra alavesa nunca pudo parar a Pepe Laso y su sociedad con el americano Bell. Allí murió la temporada. En Bilbao murió el Natación que nunca más saltó a una cancha. La armada invencible alavesa fue derrotada. Nunca pudo luchar contra los elementos.
-¿Añua, cómo así no ha venido Jesús?
-No tenemos la más mínima idea. El dejó avisado que regresaría de sus vacaciones con tiempo para el partido; luego, nosotros le escribimos y se le envió un telegrama. Todos esperábamos su llegada. Es más, en el vestuario se dieron las últimas instrucciones pensando que llegara en aquel momento. Todo el sistema estaba previsto en torno a él, puesto que es el hombre que rebotea y el encargado del marcaje a Bell. Al fallarnos, la moral del equipo se resintió seriamente y hubo que poner de titular a Gorrochategui que tenía un fuerte esguince. La mala suerte nos persigue. Pinedo, Serrano, Tapias y Guereñu me cogen la gripe, Jiménez y Gorrochategui están lesionados. Sólo teníamos a Cobas y Lapeña en condiciones. De todas formas, tengo que expresar mi satisfacción por cómo han respondido los jugadores, no se les puede pedir más. Y a los aficionados; gracias a sus ánimos hemos llevado a cabo la campaña más importante del baloncesto alavés.
Unos días más tarde y también en el Pensamiento Alavés se publica una entrevista a Jesús Llano:
-¿Te enviaron un carta desde el Natación pidiendo tu presencia para el día 9 así como los gastos del viaje?
-La carta tenía fecha del 5 y matasellos del 6 y la recibí el mismo día 9. La cantidad recibida no eran los gastos de viaje, sino una deuda atrasada. Todavía tengo cosas pendientes de cobro.
Llano no volvió a jugar. El máximo anotador en Álava hasta 1965 se retiró cuando se llegaba a la cima: la primera final para un equipo alavés. Pero eso es otra historia…
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