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Luis Knörr no quiso aguardar más. El esperado polideportivo de Mendizorroza no iba a estar listo para la temporada 68-69 y eso suponía un enorme contratiempo para el equipo de baloncesto de la SD Kas. Se tenía previsto realizar un importante desembolso en la ... plantilla y la financiación de la nueva cancha a través de los ingresos por taquilla. Algo incompatible con el aforo del Frontón Vitoriano. La ciudad se les quedó pequeña y, con un ambiente enrarecido por el despido meses atrás de Javier Añua. Nadie en Vitoria comprendió la decisión. Menos cuando el sustituto, el vizcaíno Vicente Gallego, era alumno del propio técnico alavés en los cursillos para el título de entrenador nacional. Con este contexto la SD Kas tomó la decisión empresarial de trasladar el equipo a Bilbao. Una marcha en diferentes actos.
El primero, en junio de 1968. La SD Kas entrega a la Federación Vizcaína de Baloncesto (FVB) la solicitud para jugar en el polideportivo de La Casilla. La respuesta no fue la esperada. Los equipos vecinos de Segunda –Águilas, Fiber, Urcelay y Patronato– se negaron al requerimiento. Al alegar que la llegada de los tres equipos del Kas dejaría sin espacio para todos ellos el recinto bilbaíno.
En julio, la entidad amarilla cambió de táctica. Acudió a Arturo Imedio, secretario general de Federación Española, para, conjuntamente, solicitar la afiliación de los equipos de Primera División y Liga Nacional Junior del Kas (no el de Segunda que acaba de ascender) a la Federación Vizcaína.
El rumor del traslado del Kas a Bilbao se desató en Vitoria. En agosto, el club ofreció una rueda de prensa en Cercas Bajas en la que confirmó la noticia. Se explicó que el Frontón Vitoriano, pese a contar con el visto bueno de la competición, no reunía las condiciones necesarias para la práctica del baloncesto ni ofrecía comodidades para equipos, colegiados y espectadores. Otro obstáculo del recinto era su disponibilidad. Resultaría imposible utilizarlo en los encuentros de los equipos Junior y de Segunda dado que el principal uso del Frontón era la pelota.
Javier Cameno, periodista de Radio Vitoria y encargado de las retransmisiones de los partidos de baloncesto consideró una injusticia aquella decisión. En el programa 'Onda deportiva' de la radio de la Caja de Ahorros Municipal, animó a los vitorianos a dejar de consumir los productos de la empresa KAS. Muchos bares los sacaron a la calle desde aquel mismo momento. Otros, incluso, colocaron entonces carteles anunciando que en sus establecimientos no se serviría: 'Aquí no bebemos Kas, bebemos Reno que está más bueno'. La entregada afición alavesa estaba absolutamente indignada.
La Federación Alavesa de Baloncesto explicó que la solicitud de trasladar el Kas no se tramitó a través del organismo provincial y que la FEB tampoco había sometido a estudio y aprobación la referida solicitud. No obstante, los dirigentes alaveses, a sabiendas de que se corría realmente el peligro de que toda la operación fructificara, se comprometieron a exigir que el baloncesto alavés conservara la categoría de Segunda División.
En la votación para la afiliación del Kas a la FVB, el resultado fue muy claro: 8 en contra y una abstención. Vizcaya tampoco aprobó el traslado. En ese momento, cuando todo parecía solucionado, la incertidumbre se apoderó de nuevo de la situación. Mientras Anselmo López, presidente de la FEB, se alineaba con las federaciones regionales, Arturo Imedio, el secretario general, dio luz verde al traslado ya que jurídicamente no existía ninguna ley que prohibiese el paso de un club de una federación a otra.
En Bilbao se admitió la postura de la secretaría general y definitivamente acogió la afiliación 'kasista' bajo una condición: que el equipo disputase la Primera División, pero la de categoría provincial. La jugada vizcaína dejaba al Kas entre la espada y la pared: o jugaba en el Frontón Vitoriano o lo hacía en Bilbao, pero en provincial.
En septiembre, Anselmo López reúne en Madrid a las federaciones vizcaína y alavesa y a Luis Knörr. En la mesa de negociaciones se esperaba conseguir el traslado definitivo y, como contrapartida, que Álava contase con una plaza en la segunda división que sería para el Club Deportivo Vitoria. Pero no. En un giro copernicano, la FEB se negó al acuerdo. Los dirigentes alaveses se volvieron felices con la decisión: «Se ha obrado en estricta justicia. No podía suceder de otro modo. La Nacional ha hecho prevalecer lo que se aprobó en la Asamblea de Gijón: 'Se puede y se debe jugar en Vitoria. Se han reconocido nuestros derechos'», así se congratulaba el presidente de la FAB, José María Valdecantos. Jesús Peña, secretario, afirmaba que «el veredicto pone en su lugar a la FAB» y Vicente Elejalde, delegado del Kas, argumentaba lo lógico de la decisión: «Esto podría representar un precedente intolerable. Supongamos que un equipo con aspiraciones se viera enrolado en un grupo territorial difícil. Si su potencial económico se lo permite, traslada los trastos a otro grupo más sencillo y a vivir».
La SD Kas no se conformó. El 11 de octubre de 1968, la Junta General extraordinaria trasladó todas sus secciones deportivas a Bilbao, incluso la ciclista, constituyendo una nueva sociedad deportiva en la capital vizcaína a través de un acta notarial. Enseguida trasladó a todos los jugadores con contrato a Bilbao y comenzaron a entrenar en el recién construido polideportivo del colegio Indauchu. Qué curioso, equipo del que procedía Vicente Gallego. Éste se echó a un lado y fue sustituido por el técnico norteamericano Lester Lane, seleccionador de México, que jugó en el Frontón, fichado por 40.000 pesetas.
El último movimiento, jaque mate de la SD Kas, fue fusionarse con el Colegio de Jesuitas de Indauchu. De esta forma, consiguió entrar de pleno derecho en la Federación Vizcaína y mantener la máxima categoría alcanzada cuando pertenecía a la Federación Alavesa.
Tras cuatro meses, la FEB tuvo que subsanar las lagunas que este asunto generó en sus estatutos reglamentarios. La SD Kas y su equipo junior jugarían en Bilbao las siguientes cinco temporadas, hasta que desapareció la entidad. Por su parte, la Federación Alavesa vio cómo al final no se atendió a la petición de tener un equipo en Segunda División por lo que el baloncesto alavés volvió a categoría provincial. Un nuevo comienzo desde cero, pero esa es otra historia…
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