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Dos árbitros de baloncesto federado sufrieron un intento de agresión el pasado sábado en Vitoria. El primero, de poco más de 20 años y cuatro de experiencia, se vio obligado a expulsar a un padre de la grada del polideportivo del colegio Divino Maestro ... durante el tercer cuarto del Araba-Easo de Liga Vasca cadete femenina (14-15 años), que dio inicio a las 11:00 horas. El presunto agresor, progenitor de una de las jugadoras del conjunto donostiarra, abandonó su asiento e invadió la pista al grito de «te voy a arrancar el bigote». Según relatan testigos del hecho, entre el delegado de campo, el presidente de la Federación Alavesa, Luismi Corres, y la hija del espectador expulsado lograron retenerle y evitar una agresión física.
Ya en el exterior, el nivel de tensión se mantuvo varios minutos más. «¡Que me da igual que me echen! Ya me ha pasado más veces y me la pela», clamaba el triste protagonista de la escena. El padre continuó profiriendo insultos «injustificables», a juicio de Corres, contra el colegiado principal después de que el partido se reanudara y el dirigente optó por identificarse. «Te van a sancionar a ti, a tu hija y al equipo», le avisó. Una advertencia clave para calmar los ánimos y que el episodio no fuera a más.
Apenas una hora más tarde, en el polideportivo de San Andrés, se vivía un incidente similar. Se enfrentaban el Araba y el Askatuak de Liga Vasca, también de categoría cadete pero en este caso masculina. Los vitorianos se imponían con claridad desde el inicio y el padre de uno de los componentes del conjunto visitante achacó la diferencia al criterio del colegiado. Tras varios insultos graves, el árbitro principal, de 40 años y amplia experiencia, ordenó al delegado su expulsión del recinto. En esta ocasión, el autor de los improperios sí se fue a la calle, donde esperó la salida del encargado de impartir justicia para seguir ultrajando su labor. Varios de los allí presentes tuvieron que intervenir para que el suceso tampoco pasara a mayores. En ninguno de los casos se requirió la intervención policial.
Luismi Corres
Pdte. de la Federación Alavesa
Pese a que se trata de dos episodios aislados en Vitoria y con protagonistas foráneos, el presidente de la Federación Alavesa pide tomar cartas en el asunto a los clubes implicados. «Yo no tengo jurisprudencia sobre ellos, pero esto no puede ser. Saben lo que hay, no son ciegos y espero que tomen medidas», relata visiblemente molesto. Corres, que dedicó más de 30 años de su vida al arbitraje antes de ocupar un cargo relevante en el Colegio de Árbitros de Álava y pasar después al ente federativo, detecta que el nivel de frustración con los árbitros «está subiendo» en los últimos años. «Hay una tensión palpable en el aire. Veo gente que se cree que tiene una estrella en la familia, que de esos ha habido siempre, pero que ahora se desahogan y pagan su desengaño con todos».
El máximo responsable de la Federación Alavesa va más allá y compara la situación con la del deporte rey, en el que el pasado 26 de noviembre un colegiado fue golpeado durante el Mercedarias-Lakua Arriaga disputado en Zaramaga. «Lo que ha ocurrido toda la vida en el fútbol, pasa ahora en el baloncesto». Una circunstancia que, según su opinión, se destapa como uno de los motivos por el que el número de colegiados ha descendido un 40% desde la expansión del coronavirus e incide de lleno en el aumento de ataques verbales.
«No tenemos árbitros y tiramos de 'amateurs' a los que la gente les falta al respeto simplemente por serlo. Estos nos están empezando a rechazar porque, encima de que se ponen por hacerte un favor, la gente se siente legitimada para decirles que no tienen ni idea y se sienten amenazados», relata. Se trata de «una pescadilla que se muerde la cola» que obliga a doblar esfuerzos a los árbitros federados de Primera y Segunda Nacional, como era el caso de los agredidos verbales del pasado sábado, mientras otros optan por dejar sus funciones y buscar remuneración en otros gremios.
En su séptimo año de mandato, Corres no está dispuesto a hacer la vista gorda con el incremento de los comportamientos irrespetuosos. El presidente ha dado parte a la directora foral de Deportes, Ana Rosa López de Uralde, en busca de una reacción conjunta con la que erradicar la actitud de ciertos espectadores. «Tenemos gente muy intransigente que piensa que sabe más que los árbitros y que los entrenadores. Antes estas actitudes no las vivíamos en baloncesto».
Luismi Corres señala que el único recinto de Álava en el que se producen incidentes de forma recurrente es el Polideportivo Palatu de Zuia. «El problema es su grada de animación. No se dan cuenta que es categoría provincial», esgrime. El dirigente denuncia que en el último encuentro tuvieron que personarse varios policías para escoltar la salida del colegiado, lo que ha colmado la paciencia de Corres. «Hemos hablado con el Ayuntamiento, con el comité de competición y con el club. Les hemos dicho que hasta aquí hemos llegado». Mientras los aficionados achacan sus comportamientos a la chulería de los árbitros, la Federación lamenta que «hacen lo que les da la gana» desde el salto inicial y «la lían parda».
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